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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
VOL. XVI (Valencia, 1981)
AGUSTIN VENTURA CONEJERO
(Xátiva)
QUI SUB VIRIATHO MILITAVERANT
Es conocido el texto de Tito Livio, Periochae, LV, 35, en que se basa la fundación de la ciudad romana de Valencia en el año 138 a. C.,
dice así:
dunius Brutus Cos. in Hispania. is qui sub Viriatho mUitaverant. agros et oppidum dedit.
quos vocatum est Valentiu.
Que traducimos así:
Junio Bruto cónsul en España, a aquellos que hablan hecho el servicio militar en tiempos
de Virlato. les dio campos y una ciudad, a los cuales se llamó Valencia.
Normalmente las discusiones que este texto ha originado se han
dirigido a discutir si esta Valencia era la del Turia o alguna otra del
Occidente peninsular, más cercana al teatro de las guerras lusitanas.
Actualmente parece que nadie pone ya en duda que sea Valencia del
Turia (1). Otro punto discutible, que e~ el que vamos a tratar aquí, es
si «sub Viriatho militaverant» ha de interpretarse «los que lucharon a
las órdenes de Viriato» o «los que lucharon en tiempos de Viriato».
El problema, tratado ya por Fletcher, Tarradell y algunos otros
(2), ha sido planteado de nuevo por M. Dol<; (3), quien aboga por la te-
(1) D. FLETCRER VALLS: «La Tyris ibérica y la Valentia roman~U. Boletín de la S. C. C.•
XXIX; Castellón de la Plana, 1953, págs. 291-300.
(21 FLETCRER VALLS. op. cit., nota anterior.
D. FLETCHER VALLS: «Consideraciones sobre la fundación de Valenciu. Archivo de Prehistoria Levantina. X. Valencia, 1963, págs. 193-206.
M. TARRADELL: cValencia ciudad romano. Papeles del Laboratorio de Arqueologla de
la Universidad. Valencia. 1962. págs. 15 y ss.
(3) M. DOLc;:: cFonts clássiques de la ciutat de Valénciu. Actas del I Congreso de Historia
del Pals Valenciano; abril, 1971 ; en prensa.
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sis lusitana, apoyándose en el uso clásico de la preposición SUB. Entre
los cronistas del Reyno hubo división de opiniones en este punto. Así
se inclinaron a pensar que Valencia fue ocupada primeramente por
rebeldes que estaban a las órdenes de Viriato, Escolano, Boix y Llorente , mientras que opinan lo contrario Beuter y Diago (4).
Para desentrañar el misterio de este tipo, analizaremos filológicamente cada una de estas tres palabras, y especialmente el significado
y usos de SUB, que es aquí la clave del problema.
VALOR DE LA PREPOSICION SUB
Valor local primitivo
Según Martín (5) la oposición entre SUB (debajo de) y SUP-ER (encima de) no es más que aparente. SUB y SUPER son solamente }os dos
puntos opuestos de un mismo movimiento de abajo a arriba: SUB
sería el punto de comienzo de ese movimiento y SUPER el punto de
llegada. El sufijo mismo de SUP-ER indica la oposición entre la segunda y la primera fase de ese movimiento, claramente expresada en SURSUM por SU(B-VO)RSUM, hacia lo alto, lit. vuelto hacia lo alto, hacia lo alto subiendo desde un punto. Con esta palabra se demuestra
cómo en un principio SUB no tenía el sentido de punto inferior de ese
movimiento ascendente, sino cualquiera de los dos puntos.
Asimismo también en SUM-MUS, que viene de SUB-MUS, «el más
elevado», correspondiendo exactamente al inglés «up-most», se encuentra conservado aún el sentido que debía reservarse después SUPER, o sea, el punto más alto. Cuando el latín creó SUBTER (=debajo
de), copiando el sufijo de SUPER, para oponerse a ella, sólo entonces
SUB abandonó definitivamente el sentido de «encima», quedándose el
de «debajo», como se le conoce en época histórica. Desde entonces las
dos formas SUB y SUP- se han repartido los dos sentidos de «bajo» y
«sobre».
(4) E. PLA BALLESTER: cLos cronistas de Valencia y la fundación de la ciudad». Papeles
del Laboratorio de Arqueologfa de la Universidad. Valencia, 1962, pégs. 61-88. La opinión en
este punto de Beuter, en pég. 68; Escolano, pág. 75 ; Diego, pég. 79; Boix, pág. 83 ; y Llorente,
pág. 87.
(51 L. MARTIN: eLes mots latins.t. Parls, 1960, pég. 257; sub verbo.
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OUI SUB VIlUATBO MILITAVERANT
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Resumiendo, podríamos decir que para señalar el movimiento en
un plano no horizontal en época clásica, la preposición DE indica el
trayecto de subida o bajada, y SUB y SUPER el «punto» de principio y
fin del trayecto: SUB se especializó en el punto bajo y SUPER en el
punto alto:
SUPER
'
DE
\
SUB
En cuanto al hecho de que ambas lleven acusativo o ablativo es
indiferente. Se podria resumir diciendo que se usa el acusativo con
idea de movimiento y el ablativo con idea de estado, pero ambas ideas
van expresadas por el caso, no por la preposición. Así lo ha demostrado suficientemente Rubio (6), al decir que el reposo o el movimiento
no lo expresa nunca la preposición: «sub terra esse» = estar bajo tierra; «sub terram ire» = ir bajo tierra.
Valor locál y valores derivados
A partir de este valor local en Acusativo y Ablativo surgieron el
valor temporal y el figurado , que resumiremos en el siguiente cuadro :
Acusativo
Ablativo
Local: Sub terra habitare
Temporal: Sub exitu vitae
Figurado: (Subordinación, sujeción,
Sub terram ire
Sub noctem
(usos postclásicos)
Sub imperium cadere
condición)
Sub lege esse
El sentido local originario y más frecuente lo encontramos a menudo. Con ablativo y verbos de estado: ((Sub terra habitare» (Cic. Nat.
2, 95) ; ((Gallia sub septentrionibus posita» (Caes. Bel. Gal. I, 16, 2).
Con acusativo y verbos de movimiento: ((SUb iugum mittere» (Caes.
Bel. Gal. I, 7), ((Sub terras ire» (Verg. En. IV, 654). De la idea de ((bajo
(6) L. RUBIO: cllltroducción a la Sintaxis estructural dellatlnt, Vol. 1, Casos y preposiciones. Barcelona, 1966, págs. 182 y ss.
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de» surgió la proximidad inmediata al pie de algo que se yergue (sub
monte) y luego incluso «sub urbe» = cerca de la ciudad, sentido que
quedó en el adjetivo «suburbanus».
Valor temporal
Con acusativo, sub indica una proximidad que se va acercando
con un cierto movimiento: «sub noctem» = a la llegada de la .noche
(que se acerca) (Caes. Bel. Gal. I , 28).
En Horacio, Sátiras, I, 1, 11 , leemos:
cAgrlcolam laudat iuris legumque PJ!ritus,,
SUB galli CANTUM consultor ubi ostia pulsat.»
«El perito en derecho y leyes alaba al agricultor, cuando el cliente que va a consultarle
llama a su puerta a la hora del canto del gallo».
Se trata del tiempo inmediatamente antes de que el gallo cante, el
gallo va a cantar de un momento a otro. Se construye en acusativo,
porque el tiempo está pasando (acción durativa).
Con ablativo, indica «en el momento de», o sea, acción puntual y
sentido complexivo. También puede ser la época aproximada («hacia,
cer ca») o la sucesión inmediata ( = inmediatamente después) (7). El
uso temporal es muy clásico y de él tenemos abundantes ejemplos.
César, Guerra de las Galias, V, 13, 3:
«De quibus insulis non nulli scripserunt dies continuos XXX, SUB BRUMA, esse noctem.t.
cY de estas islas algunos han escrito que la noche, en el solsticio de invierno, dura treinta
dfas seguidoSJ.
Cés·ar, Guerra civil, I, 27, 3 :
cPompeius, sive operibus Caesaris permotus, sive etiam quod ab initio Italia excedere
constituerat, adventu navium profectionem parare incipit, et quo facilius impetum Caesaris
tardaret, ne SUB IPSA PROFECTIONE milites oppidum inrumperent, portas obstruit, vicos
plateasque inaediflcat ac fossas transversas viis praeducit atque ibi sudes stipitesque praeacutos defigit».
cPompeyo, sea impresionado por las construcciones de César, sea también porque ya desde un principio hubiese decidido salir de Italia, a la llegada de las naves empezó a preparar
su partida y , para mejor demorar el ataque de César, no fuese que los soldados de éste asaltaran la plaza EN EL MISMO MOMENTO DE SU PARTIDA, obstruye las puertas, levanta barricadas en bocacalles y plazas, cava zBDjas transversales en las calles y clava en ellas varas y
estacas puntiagudas, las nivela con endeble~ cañizos y tierra encimu.
Aryuf parece que se quiere indicar que la partida es inminente, lo
mismo que hemos visto e"l el ejemplo de Horacio, en que el gallo está a
(7) M. BASSOLS: «Sintaxis latinu. CSIC; Madrid, 1963; vol. I, pág. 26C.
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punto de cantar; por eso tal vez la traducción correcta sería que los
enemigos pueden atacar «en el mismo momento en que vaya a comenzar la partida»: César piensa que ésta va a ser larga, pues se trata de
muchos hombres e impedimenta, y por tanto acción durativa, donde
SUB indicaría el comienzo de esa acción.
En cambio, en este otro texto del continuador de César, Hircio, el
tiempo parece que se haya extendido, del comienzo de la acción durativa a toda ella, pero con un sentido de imprecisión cronológica: «por
este tiempo más o menos». Veamos: Aulo Hircio, Guerra de Alejandría, 42:
«SUB IDEM TEMPUS in IDyrico est incommodum acceptum: quae provintla superioribus
mensibus retenta non tantum sine ignominia, sed etiam cum laude erat».
«Por este mismo tiempo (poco más o menos, imprecisión cronológica) acaeció una desgracia en el Il1rico, provincia que se habla mantenido los meses anteriores, no sólo sin deshonor,
sino aún con mucha gloria».
Como vemos, pues, el sentido temporal puro es muy clásico, usado
por un autor nada sospechoso como César y sus continuadores, defensor como fue de un latín sencillo y claro, en sus teorías gramaticales.
En cambio, en la edad de plata encontramos textos, donde aparte
de un sentido fundamentalmente temporal, parece aparecer también
la idea de sujeción, que como luego veremos, es más tardía. Veamos
dos textos de la «Vida de Agrícola», de Tácito. El primero (Tac. Agr., 6)
dice:
cMox inter quaesturam ac tribunatum plebis, atque etiam ipsum tribunatus annum quiete et otio transiit, gnarus SUB NERONE temporum, quibus inertia pro sapientia fuit».
«Después, entre su cuestura y el tribunado de la plebe, e incluso el mismo año de su tribunado lo pasó en el retiro y el ocio, conociendo las circunstancias bajo el reino de Nerón, en las
cuales la pasividad era la única sabidurla posible•.
Y en Tac. Agr., 45, más adelante dice:
eNero tamen·subtraxit oculos iussitque scelera, non spectavit; praecipua SUB DOMITIANO miseriarum pars erat, videre et aspici».
cNerón arrancó ojos y ordenó crlmenes, no los contempló; la principal parte (el colmo del
horror) de las miserias EN TmMPOS DE DOMICIANO, era verlo y ser visto.»
Si en ambos ejemplos podría ver un lector sutil, además del sentido temporal, la idea de que «entonces en el Imperio todo estaba sometido bajo la tiranfa absoluta de un Nerón o un Domiciano», esto no
puede sostenerse en el siguiente ejemplo de su contemporáneo Plinio
(Cartas, ill, 5, hablando de las obras de su tío Plinio el Viejo):
cDubii sermonis octo: scripsit SUB NERONE, novissimis a. nis, quum omne studiorum gen
nus paulo liberius et erectius periculosum servitus fecisset».
cOcho libros de expresiones dudosas: los escribió en tiempo de Nerón, en los últimos años,
cuando la tiranla hacia peligroso cualquier clase de estudios un poco más libres y más elevados».
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En este caso el sentido puramente temporal de este ejemplo viene
reforzado por el ablativo de tiempo que le sigue y completa (novissimis annis), que no admite ninguna duda. También en la Vulgata latina del Nuevo Testamento encontramos un SUB temporal, que va
acompañado (a falta de dudas) por cinco complementos temporales
en ablativo, cuatro de ellos en construcción de participio absoluto. Se
trata de Lucas, 3, 1 y 2:
«Anno autem quintodecimo imperli Tiberli Caesaris. procurante PonUo Pilato Iudaeam,
tetrarcha autem Galileae Herode, Phillppo autem fratre eius tetrarcha Itutaeae et Trachonitidis regionis, et Lysania Abilinae tetrarcha, SUB PRINCIPIBUS sacerdotum Anna et Caipha,
facturo est verbum Domini super Iohannem Zachariae filium in deserto».
Construcción que no hay duda debemos traducir «en tiempos de
los príncipes de los sacerdotes Anás y Caifás», y que en el texto griego
viene expresada con «epi» y genitivo.
Y, en fm, ya en latín medieval nos encontramos frases como SUB
TEMPORE FESTO = en tiempo de fiesta, PRIMIS SUB ANNIS = en
los primeros años (8). Como ocurre en tantos casos de sintagmas latinos, el valor de SUB temporal tiene antecedentes en plena época clásica como hemos visto por los ejemplos de César y alcanza su desarrollo más tarde. Como uso menos frecuente que el de otras construcciones temporales, fue utilizado con cierto sentido estilistico por algunos
autores como Tácito y Plinio.
Valor figurativo
En este sentido expresa ideas de subordinación, sujeción o condición, pero es un uso poco clásico, como indica Bassols (9). También
con verbos de movimiento lleva acusativo:
Cic. Font. 12 : csub alicuius imperium dicionemque cadere».
cCaer bt\io la autoridad y la dominación de alguien».
Nep. Milc. 1: cincolas eius insulae sub potestatem redigere AtheniensiuDlll.
«Devolver a los habitantes de la isla (hacer volverl bajo el poder de los atenienses».
Asimismo con verbos de estado lleva ablativo: «sub regno esse»
(Cic. Rep. I, 60) = «vivir bajo una monarquía»; «militare sub signis
tuis» (Tito Livio, XXIII, 42) =«hacer el servicio militar bajo tus banderas».
(81 K. STRBCKER: dntroduction a l'etude du latin médiévab. F. Giard, Lille, E. Droz, Genéve, 1948, pág. 38.
(91 BASSOLS, op. cit., nota 7.
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QUI SUB VIRIATHO MlUTAVERANT
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En conclusión, el uso local de SUB es el único prácticamente conocido en época arcaica. A partir de época clásica apmecen los usos
temporal y figurado por este orden. Perfectamente legitimo es el uso
temporal como hemos visto en abundantes ejemplos «clásicos» del siglo 1 a. C., y en autores nada sospechosos de excesivas libertades como César. El sentido figurado como más ab~tracto es posterior, pero
también muy frecuente. No obstante, esperamos despejar la incógnita
de este problema suficientemente analizando las otras palabras del
texto, en las que hasta ahora se ha reparado muy poco (lO).
VIRIATO
Vamos a pasar revista a todos los textos latinos en que se nos habla de este personaje, para observar qué apelativos recibe por parte
de los escritores latinos.
Tito Livio, Periochae, libro LII:
«Viriathus in Hispania, primum ex pastore venator, ex venatore latro, mox iusti quoque
exercitus dux factus, totam Lusitaniam occupavit, M. Vetilium praetorem fuso eius exercitu
cepit, post quem C. Plautius praetor nibilo felicius rem gessib.
«Viriato en España, primeramente habiénd.ose hecho de pastor cazador, de cazador bandolero, y luego incluso jefe de lo que justamente se puede llamar un ejército, ocupó toda Lusitania, derrotó al pretor Mar.::o Vetilio después de haber desbaratado su ejército, y después le
·
hizo la guerra el pretor Gayo Plautio no más felizmente».
Observemos cómo el autor le llama «latro», o sea, bandolero, y
después añade que llegó a ser «jefe de lo que justamente se puede llamar ejército» (iusti exercitus dux), pero si bien por el número, no por
su jefe, ni por sus componentes. Es decir, en ningún momento pi~nsa
Tito Livio en llamar a los lusitanos «milites», sino «latrones», ni a su jefe «imperator», sino «dux», y ni siquiera «exercitus», aunque si se le
podría llamar así a la banda de Viriato por el número de sus componentes. Como vamos a ver seguidamente, estos mismos apelativos
más o menos utilizan los autores posteriores, con pequeñas variantes
debidas a simpatías o afán retórico.
(10) Sobre otros aspectos particulares del uso de SUB. pero que aclaran poco nuestro tema, existen estos trabajos:
A. D'ORS: «Sub condicione». Emérita, VIll; Madrid, 1940, págs. 73-78.
S. MARINER: «Sub potestate constitutus». Helmántica, VU; Salamanca, 1956, págs. 391400.
Los adjetivos derivados:
A. D'ORS: :«SÜbliciust. Emérita, XX; Madrid, 1952, págs. 491-492.
M. DIAZ Y DIAZ: «Los adjetivos compuestos con SUB». Eméri'ta, xxxn. Madrid, 1964,
págs. 57-101.
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Veleyo Paterculo, TI, 1, 3:
«Triste deinde et contumeliosum bellum in Hispania duce latronum Virlato secutum est».
«Luego una triste y afrentosa guerra se prod\ijo en España con Viriato, un jefe de bandoleroS».
Floro, I, 33, 15:
cCeterum, Lusitanos Viriatus erexit, vir calliditatis acerrimae, qui ex venatore latro, ex
latrone subito dux atque imperator et, si fortuna cessisset, Hispaniae RomuluS».
«Pero Viriato sublevó a los lusitanos, hombre de agudizada astucia, el cual de cazador se
convirtió en bandolero, de bandolero de repente en jefe e incluso general y, si la fortuna le
hubiera ayudado, Rómulo ( = salvador o fundador) de España».
Floro se atreve incluso a llamarlo «imperaton, pero pervive aún el
calificativo de «dux latronum» = ~efe dé ladrones».
Eutropio, VI, 16:
c(Viriatus) pastor primo fuit, mox latronum dux; postremo tantos ad bellum populos concitavit ut adsertor contra Romanos Hispaniae putaretur. Et cum interfectores eius praemium
a Caepione consule peterent, responsum est nunquam Romanis placuisse imperatores a suis
militibus interflcb.
cViriato fue primero pastor, después j efe de bandoleros; finalmente sublevó a tanto pueblos para la guerra que era considerado el libertador de España contra los Romanos: Y cuando sus asesinos pidieron al cónsul Cepión su recompensa, se les contestó que nunca a los romanos les habla agradado que los generales fueran muertos por sus propios soldados».
Aquf nos da la impresión que Eutropio indirectamente llama «imperator» a Viriato y «milites» a sus hombres para agrandar más la feloma de la traición, y especialmente después de muerto en que ya no
hay peligro. ¿O es que acaso los romanos no se alegrarían de la muerte de tan furioso enemigo? Quien en vida sólo seria un datro», pasarla
tras la muerte a Héroe, aun siendo enemigo. Es sabido cómo ciertos
textos latinos hablan de ·los vicios de los enemigos (pienso en el «Anfbal» de Tito Livio) en unas ocasiones, mientras en otras (vísperas de la
batalla de Zama) al ensalzar las virtudes humanas y la estrategia de
ese mismo enemigo, hace aparecer a nuestros ojos más grande el mérito de su vencedor.
Paulo Orosio, V, 4, 1:
«
vías, deinde vastando provincias, postremo exercitus praetorum et consulum Romanorum
vincendo, fugando, subigendo, maximo terrori Romanis omnibus fuitJ.
cEn el mismo consulado (año 147-46 a. C.), Viriato en España, pastor y bandolero, prime·
ro interceptando los caminos, después devastando las provincias, finalmente venciendo, poniendo en fuga, sometiendo los ejércitos de los pretores y cónsules romanos, aterrorizó grandemente a todos los romanou.
Hemos visto cómo todos los autores unánimemente llaman a Viriato «dux latronum», jefe de bandoleros, debido a que no cuenta con
un ejército regular, y solamente alguno le añade el titulo de general
«imperator» con más énfasis retórico que exactitud léxica. Y especial- 646 -
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QUI SUB VIRIATHO MILITAVRRANT
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mente esto es evidente en el texto de Tito Livio, que es también el autor de la cita sobre Valencia (o al menos su abreviador posterior, autor de las «Periochae»). ¿Es comprensible que después de esto se pueda admitir que «qui sub Viriato militaverant» sean los rebeldes, a
quienes siempre llaman «latrones» y no «milites»? Esto es lo que nos
hace pensar en interpretar el texto como referido a «soldados romanos», como hemos insinuado al principio.
MILITARE/LATROCINAR!
Y para corroborar esta hipótesis vamos a seguir analizando la
fuerte oposición existente, desde el punto de vista lexicográfico entre
Miles y Latro, Militare y Latrocinan. Y la clave de ello nos la da el siguiente texto de Tito Livio, libro XXIII, cap. 42, 10 y 11:
«Magni dictatores cwn magistris equitwn, bini consules cwn binis consularibus exercitibus i.ngrediebantur fines nostros; ante explorato et subsidiis positis et sub signis ad populan·
dum ducebant (10): nunc propraetoris unius et parvi ad tuendam Nolam praesidii praeda sumus; iam NE MANIPULATIM OUIDEM, SED LATRONUM MODO percursant totis finibus
nostris neglegentius, quam si in Romano vagarentur agro. ( 11 l Causa autem baec est, quod
neque tu defendis, et nostra iuventus, quae, si domi esset, tutaretur, omnis SUB SIGNIS MI·
LITAT TUIS•.
«Grandes dictadores con sus maestres de caballet1a, dos cónsules a la vez con dos ejércitos consulares penetraban en nuestros territorios; después de haber efectuado un reconocí·
miento previo y de haber colocado tropas de reserva, marchaban blijo sus banderas ( = en
buen orden) a devastar: ahora somos presa de un solO' propretor y de una pequeña guarnición
encargada de la defensa cte Nola; además recorren todos nuestros territorios no ya por manipulas, sino a manera de salteadores con menos precauciones que si pasearen por el propio te·
rritorio romano. El motivo de esto radica en que tú no nos defiendes y en que nuestra juventud que nos protegerla., si estuviera en la patria, milita (-=hace el servicio militar) bajo tus
banderaS».
E.n este pasaje, los aliados itálicos recriminan a Aníbal, que los ha
dejado solos frente a las rapiñas de los romanos. Dicen los aliados que
antes los romanos venían como soldados regulares, con sus jefes, en
ejército, «sub signis», cada uno bajo la enseña de su centuria o manipulo, es decir, «manipulati.m». Ahora, en cambio, como contraste vienen en pequeños grupos ( = parvi praesidii), pero sobre todo «latronum modo», a modo de guerrilleros o de bandoleros, <
es decir, sin tomar las precauciones de un ejército en marcha, como
es por ejemplo enviar delante exploradores de caballeria, y cuidar del
abastecimiento de viveres. Existe, pues, muy marcada en el texto esa
oposición entre un «exercitus consularis», que es llevado «sub signis» y
«manipulati.m», y un ejército irregular, «parvum praesidiwm que
actúa meglegentius» y «latronum modo». Estilísticamente esta oposición viene marcada por dos adverbios temporales, «ante», antes
hacían esto, munc», ahora en cambio lo contrario. Y por fm en el últi- 547 -
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mo párrafo sigue esa oposición: mientras los romanos actúan como
salteadores, nuestra juventud «militat sub signis tuis», hace el servicio
militar, son soldados regulares (no bandoleros) bajo tus banderas en
el ejército cartaginés. Este es el sentido que tiene «militare» reforzado
por el «sub signis», que indica el hecho de que los soldados avanzan
formados, cada uno dentro de su unidad y bajo la enseña de ésta. ¿Podrá todavía pensarse que a un hombre, Viriato, a quien todos los textos califican de «dux latronum», un autor latino aplique a sus hombres
el término «militare»?
Pero vamos a insistir un poco más sobre este punto, considerando
otros textos. Seglín el diccionario latino de Gaffiot ( 11 ), MILITARE es
«Ser soldado, hacer el servicio militan> (derivado de
que LATRO significa en su primera acepción «soldado mercenario», y
en segunda «ladrón» o «bandolero». Analizaremos ahora algunos textos sobre «militare».
Plauto, :Persa, acto 11, v. 235:
cAt confltlentla, illa militia militatur multo magis. quam pondere».
«Pero con descaro se cumple mejor ese servicio militar, que con el peso».
Aqui tenemos ya en un texto arcaico el sentido que tendrá siempre
este verbo reforzado por millitia», formando una figura etimológica:
«hacer el servicio militar».
Suetonio, César, 68 :
«Plerique captl concessam sibi sub condicione vitam, si militare adversus eum vellent, recusarunb.
eLe mayor parte de los soldados de César capturados rehusaron que se les fuese perdonada la vida bajo la condición de luchar contra éh.
· Horacio, Epodos, 1, 23:
c(a me) Omne militabitur bellumt.
eVo tomarla parte en cualquier guerra».
Apuleyo, Met. 9, 20:
«Prima stipendia militare•.
«Hacer sus primeras armas».
El simple hecho de «luchan> o «hacer la guerra» se podía poner en
latín con «facere bellum», «pugnare», pero «militare» indica específicamente en todos estos textos «hacer un servicio militar obligatorio» por
oposición al mercenario que veremos ahora.
(11 1 F. GAFFIOT: cDictionnaire illustré latin·franc;aisll. Parfs, 1934, sub verbis.
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QUI SUB VIJUATHO MILITAVBRANT
11
LATRO tiene como acepción primera y más antigua la de «soldado
mercenario» derivado del griego «látron» significando sueldo (12), y
así aparece en los autores arcaicos como Enio y Plauto (Eh. An. 60 ;
528; Pla. Aul. 949; Poen. 535). Tiene el sufijo peyorativo -0, -ONIS.
En su segunda acepción significa «salteador de caminos». Asi lo
encontramos en Horacio, Sátiras, I, 3, 106:
«Oppida coeperunt munire et ponere leges, ne quis fur esset, neu latro, neu quis adulten.
«Comenzaron a amurallar las ciudades e instituir leyes, para que nadie fuese ladrón. nadie salteador, nadie adúlterot.
Y el mismo significado encontramos en este texto de Cicerón (De
Officiis lib. II, XI, 40), donde hay también una alusión a Viriato, que
tendríamos que unir a los textos ya estudiados sobre este personaje:
«Ouinetiam leges latronum esse dicuntur, quibus pareant, quas observent. Itaque, propter aequabilem praedae partitionem, et Bardylls, Dlyrius latro, de quo est apud Tbeopompum. magnas opes babuit; et multo maiores Viriatus Lusitanus: cui quidem etiam exercitus
nostri imperatoresque cesserunt; quem C. Laelius lis, qui Sapiens usurpatur) praetor fregit, et
comminuit; ferocitatemque eius ita repressit, ut facile bellum reliquis tradereb.
cEs más, hasta se dice que existen leyes entre los ladrones, que obedecen y cumplen. Asf
por el justo reparto del botín, el bandido ilirio Bardllio, de quien se habla en Teopompo, acumuló grandes riquezas; y mucho más grandes el lusitano Viriato, a quien se rindieron hasta
nuestros ejércitos y generales, y a quien el pretor Cayo Lelio, llamado el Sabio, destrozó y
abatió, reprimiendo a tal punto su fiereza, que la guerra contra él fue fácil a sus sucesoreSt.
Hemos visto cómo el calificativo de «latro» en el sentido de «bandolero» se aplica también a Viriato. Ante tal unanimidad de los autores, ¿cabe todavia en pensar que el «qui militaverant» debe aplicarse a
los soldados de éste?
Este sentido de latro pervive en su derivado «latrocinium» = «bandidaje» y datrocinari» = «ejercer el bandidaje». Asf lo vamos a ver en
estos otros textos de Cicerón, para completar nuestra visión sobre el
significado de esta raiz.
Cicerón, Catilinaria, I, 31 :
cHic si ex tanto LATROCINIO iste unus tolletur, vídebimur fortasse ad breve quoddam
tempus cura et metu esse relevad, periculum autem residebit et erit inclusum penitus in venis
atque in visceribus rei publicae».
cSi de tantos bandidos este sólo fuera suprimido, nos parecerá quizá que durante un breve tiempo se nos ha aliviado el susto y cuidado, pero el peligro permanecerá a.r raigado en las
venas y entrañas de la república..
Cicerón, Cat., II, 1:
cSine dubio perdidimus hominem magnificeque vicimus. cum illum ex occultis insidiis in
apartum LATROCINIUM coniecimUSt.
«Hemos perdido al hombre, sin duda, y lo hemos vencido magníficamente, cuando lo emptúamos de las asechanzas ocultas a un bandidaje abierto».
(121 MARTIN, op. cit.. nota 5, sub verbo.
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Cicerón, Cat. 1, 16:
cllle autem, si mehercule hoc, quod agit, nwnquam antea cogitasset, tamen LATROCINANTEM se interfici mallet quam exsulem vivere•.
cBn cambio él, a fe mia qu. aún si nunca hubiese pensado en hacer lo que ahora hace, sin
e
embargo preferirla ser muerto como bandido a vivir como desterrado•.
CONCLUSIONES
Después de este exhaustivo análisis de textos literarios latinos,
· creemos haber llegado a las siguientes conclusiones:
1. a Contrariamente a lo que afirman algunos, el uso de SUB con
significado temporal es perfecfamente clásico, y mucho más que su
uso figurado. Creemos que usar SUB temporal por IN es un rasgo estilfstico que en el caso de SUB VIRIATO indica indeterminación o imprecisión cronológica. Asi como en el texto de Hircio, 42, que hemos
visto, «sub ídem tempus», lo traducíamos por «por este tiempo poco
más o menos», aquf habría que pensar en «en tiempos de Viriato más o
menos,.. En todo caso hemos de tener en cuenta que Tito Livio escribe
ya en el siglo Id. C., y que el abreviador de las «¡>eriochae» es mucho
más posterior. De manera que se podría pensar que ese SUB tiene el
mismo sentido que el de los textos de sus quasi contemporáneos Tácito y Plinio. En todo caso seria posible la interpretación tiempo-sujeción; lo mismo que «sub Nerone» de Tácito, parece indicar «bajo el
tiempo en que Nerón dominaba tiránicamente», «sub Viriato» seria «en
tiempo en que Viriato dominaba casi toda España». En cualquier caso,
nos inclinamos por el sentido temporal.
2. Hemos visto cómo unánimemente todos los autores latinos califican a Viriato como «dux latronlllD.», dejando aparte nuestras simpatías personales como españoles. Hemos visto el significado de esta
palabra, que resulta ser léxicamente opuesta a «miles». «Latro» es el
soldado mercenario o el bandido, en cambio «miles» es el soldado que
hace su servicio militar obligatorio, según las leyes de su pais, y lucha
en un ejército disciplinado y en defensa de su patria. ¿Cabe más clara
antítesis? Si el mismo autor de las «Periochae» llama en un párrafo (libro UI) a Viriato «latro», ¿cómo es posible que en otro (libro LV) tan
cercano diga que sus soldados eran «milites»? ¿No es más lógico pensar que esos «milites» o «militare» se refiera a los romanos?
3. Y finalmente, saliéndonos ya del análisis de los textos literarios, objeto de nuestro articulo, hay otras razones histórico-culturales
que nos inclinan a pensar que los primeros pobladores de Valencia
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QUI SUB VIRIATHO MILITAVERANT
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eran soldados romanos. Resultaría ilógico establecer a unos «rebeldes>t lusitanos o celtiberos, tan lejos de su país en un territorio con tan
grandes posibilidades de desarrollo agrícola. ¿Es lógico que a unos rebeldes se les recompense de esta manera? ¿No será más lógico que esto sea un premio para los veteranos romanos, que han derramado su
sangre contra Viriato en defensa de la República? Y si la ciudad era
poco después «colonia» ¿no es más lógico que estuviera habitada por
ciudadanos romanos, por veteranos licenciados?; este era el origen
normal de toda colonia romana. Y este era el destino que solian tener
los soldados licenciados: se les entregaba unas tierras para cultivar y
una «colonia» (de «colere» = cultivar la tierra); lo cual servía para ir
romanizando desde estos centros las comarcas indígenas que los rodeaban. Y así ocurrió también en los siglos siguientes con los veteranos de las guerras civiles.
En cuanto a la fórmula «Veterani et vetares», que se cita en algunas inscripciones (13) podría ser interpretada de dos maneras: o bien
«veteres» son los antiguos pobladores del país y «veterani» los soldados
licenciados, con lo cual al nombrar éstos primero se indicaría su categoría superior como ciudadanos, y que los indígenas penetrarían en la
ciudad más tarde para dedicarse a labores artesanas o comerciantes:
sería una relación semejante a la de los «patricios» y «plebeyos» en Roma. Unos serían los propietarios de la tierra y más antiguos en la colonia , otros los llegados con el comercio y auge de ella, que a su vez
serian pobladores antiguos de la región.
O bien puede explicarse pensando en varias afluencias de soldados licenciados, una tras las guerras de Viriato, otra a la terminación
de las guerras de Sertorio o Pompeyo, que es cuando ya la encontramos con el rango jurídico de colonia (14).
En fm, en cualquier caso siempre quedarán aspectos oscuros en el
origen de la ciudad de Valencia. Solamente hemos querido, con estas
consideraciones, contribuir al esclarecimiento de algunos interrogantes sobre este tema, desde el punto de vista filológico (15).
(13) E. HÜBNER: «Corpus Inscriptionum LatinarUlllll, vol. II. Berlln. 1863, núms. 3.733.
3.734, 3.735, 3.736, 3. 737, 3. 739 y 3. 741, y posteriormente otras dos publicadas por P. BEL·
TRAN, «Hallazgo de lápidas romanas», Anales del Centro de Cultura Valenciana, I, 1928.
pág. 90, y «Nueva inscripción romana», Anales del Centro de Cultura Valenciana, r. Valencia,
1928. pág. 169.
(14) Sobre el problema de cveterani et vetares• v. el resumen en FLETCHER. op. cit.. nota
2 («Consideraciones...»), págs. 199· 200, y J. ESTEVE FORRIOL: «Valencia, fundación romana». Valencia. 1978, págs. 87·88.
115) En la reciente obra de ESTEVE FORRIOL, op. cit.• nota anterior, pág. 106, se man-
·uenen puntos de vista düerentes a nuestra conclusión sobre el valor de SUB.
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
VOL. XVI (Valencia, 1981)
AGUSTIN VENTURA CONEJERO
(Xátiva)
QUI SUB VIRIATHO MILITAVERANT
Es conocido el texto de Tito Livio, Periochae, LV, 35, en que se basa la fundación de la ciudad romana de Valencia en el año 138 a. C.,
dice así:
dunius Brutus Cos. in Hispania. is qui sub Viriatho mUitaverant. agros et oppidum dedit.
quos vocatum est Valentiu.
Que traducimos así:
Junio Bruto cónsul en España, a aquellos que hablan hecho el servicio militar en tiempos
de Virlato. les dio campos y una ciudad, a los cuales se llamó Valencia.
Normalmente las discusiones que este texto ha originado se han
dirigido a discutir si esta Valencia era la del Turia o alguna otra del
Occidente peninsular, más cercana al teatro de las guerras lusitanas.
Actualmente parece que nadie pone ya en duda que sea Valencia del
Turia (1). Otro punto discutible, que e~ el que vamos a tratar aquí, es
si «sub Viriatho militaverant» ha de interpretarse «los que lucharon a
las órdenes de Viriato» o «los que lucharon en tiempos de Viriato».
El problema, tratado ya por Fletcher, Tarradell y algunos otros
(2), ha sido planteado de nuevo por M. Dol<; (3), quien aboga por la te-
(1) D. FLETCRER VALLS: «La Tyris ibérica y la Valentia roman~U. Boletín de la S. C. C.•
XXIX; Castellón de la Plana, 1953, págs. 291-300.
(21 FLETCRER VALLS. op. cit., nota anterior.
D. FLETCHER VALLS: «Consideraciones sobre la fundación de Valenciu. Archivo de Prehistoria Levantina. X. Valencia, 1963, págs. 193-206.
M. TARRADELL: cValencia ciudad romano. Papeles del Laboratorio de Arqueologla de
la Universidad. Valencia. 1962. págs. 15 y ss.
(3) M. DOLc;:: cFonts clássiques de la ciutat de Valénciu. Actas del I Congreso de Historia
del Pals Valenciano; abril, 1971 ; en prensa.
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A. VENTURA CONEJERO
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sis lusitana, apoyándose en el uso clásico de la preposición SUB. Entre
los cronistas del Reyno hubo división de opiniones en este punto. Así
se inclinaron a pensar que Valencia fue ocupada primeramente por
rebeldes que estaban a las órdenes de Viriato, Escolano, Boix y Llorente , mientras que opinan lo contrario Beuter y Diago (4).
Para desentrañar el misterio de este tipo, analizaremos filológicamente cada una de estas tres palabras, y especialmente el significado
y usos de SUB, que es aquí la clave del problema.
VALOR DE LA PREPOSICION SUB
Valor local primitivo
Según Martín (5) la oposición entre SUB (debajo de) y SUP-ER (encima de) no es más que aparente. SUB y SUPER son solamente }os dos
puntos opuestos de un mismo movimiento de abajo a arriba: SUB
sería el punto de comienzo de ese movimiento y SUPER el punto de
llegada. El sufijo mismo de SUP-ER indica la oposición entre la segunda y la primera fase de ese movimiento, claramente expresada en SURSUM por SU(B-VO)RSUM, hacia lo alto, lit. vuelto hacia lo alto, hacia lo alto subiendo desde un punto. Con esta palabra se demuestra
cómo en un principio SUB no tenía el sentido de punto inferior de ese
movimiento ascendente, sino cualquiera de los dos puntos.
Asimismo también en SUM-MUS, que viene de SUB-MUS, «el más
elevado», correspondiendo exactamente al inglés «up-most», se encuentra conservado aún el sentido que debía reservarse después SUPER, o sea, el punto más alto. Cuando el latín creó SUBTER (=debajo
de), copiando el sufijo de SUPER, para oponerse a ella, sólo entonces
SUB abandonó definitivamente el sentido de «encima», quedándose el
de «debajo», como se le conoce en época histórica. Desde entonces las
dos formas SUB y SUP- se han repartido los dos sentidos de «bajo» y
«sobre».
(4) E. PLA BALLESTER: cLos cronistas de Valencia y la fundación de la ciudad». Papeles
del Laboratorio de Arqueologfa de la Universidad. Valencia, 1962, pégs. 61-88. La opinión en
este punto de Beuter, en pég. 68; Escolano, pág. 75 ; Diego, pég. 79; Boix, pág. 83 ; y Llorente,
pág. 87.
(51 L. MARTIN: eLes mots latins.t. Parls, 1960, pég. 257; sub verbo.
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OUI SUB VIlUATBO MILITAVERANT
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Resumiendo, podríamos decir que para señalar el movimiento en
un plano no horizontal en época clásica, la preposición DE indica el
trayecto de subida o bajada, y SUB y SUPER el «punto» de principio y
fin del trayecto: SUB se especializó en el punto bajo y SUPER en el
punto alto:
SUPER
'
DE
\
SUB
En cuanto al hecho de que ambas lleven acusativo o ablativo es
indiferente. Se podria resumir diciendo que se usa el acusativo con
idea de movimiento y el ablativo con idea de estado, pero ambas ideas
van expresadas por el caso, no por la preposición. Así lo ha demostrado suficientemente Rubio (6), al decir que el reposo o el movimiento
no lo expresa nunca la preposición: «sub terra esse» = estar bajo tierra; «sub terram ire» = ir bajo tierra.
Valor locál y valores derivados
A partir de este valor local en Acusativo y Ablativo surgieron el
valor temporal y el figurado , que resumiremos en el siguiente cuadro :
Acusativo
Ablativo
Local: Sub terra habitare
Temporal: Sub exitu vitae
Figurado: (Subordinación, sujeción,
Sub terram ire
Sub noctem
(usos postclásicos)
Sub imperium cadere
condición)
Sub lege esse
El sentido local originario y más frecuente lo encontramos a menudo. Con ablativo y verbos de estado: ((Sub terra habitare» (Cic. Nat.
2, 95) ; ((Gallia sub septentrionibus posita» (Caes. Bel. Gal. I, 16, 2).
Con acusativo y verbos de movimiento: ((SUb iugum mittere» (Caes.
Bel. Gal. I, 7), ((Sub terras ire» (Verg. En. IV, 654). De la idea de ((bajo
(6) L. RUBIO: cllltroducción a la Sintaxis estructural dellatlnt, Vol. 1, Casos y preposiciones. Barcelona, 1966, págs. 182 y ss.
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A. VENTURA CONEJERO
de» surgió la proximidad inmediata al pie de algo que se yergue (sub
monte) y luego incluso «sub urbe» = cerca de la ciudad, sentido que
quedó en el adjetivo «suburbanus».
Valor temporal
Con acusativo, sub indica una proximidad que se va acercando
con un cierto movimiento: «sub noctem» = a la llegada de la .noche
(que se acerca) (Caes. Bel. Gal. I , 28).
En Horacio, Sátiras, I, 1, 11 , leemos:
cAgrlcolam laudat iuris legumque PJ!ritus,,
SUB galli CANTUM consultor ubi ostia pulsat.»
«El perito en derecho y leyes alaba al agricultor, cuando el cliente que va a consultarle
llama a su puerta a la hora del canto del gallo».
Se trata del tiempo inmediatamente antes de que el gallo cante, el
gallo va a cantar de un momento a otro. Se construye en acusativo,
porque el tiempo está pasando (acción durativa).
Con ablativo, indica «en el momento de», o sea, acción puntual y
sentido complexivo. También puede ser la época aproximada («hacia,
cer ca») o la sucesión inmediata ( = inmediatamente después) (7). El
uso temporal es muy clásico y de él tenemos abundantes ejemplos.
César, Guerra de las Galias, V, 13, 3:
«De quibus insulis non nulli scripserunt dies continuos XXX, SUB BRUMA, esse noctem.t.
cY de estas islas algunos han escrito que la noche, en el solsticio de invierno, dura treinta
dfas seguidoSJ.
Cés·ar, Guerra civil, I, 27, 3 :
cPompeius, sive operibus Caesaris permotus, sive etiam quod ab initio Italia excedere
constituerat, adventu navium profectionem parare incipit, et quo facilius impetum Caesaris
tardaret, ne SUB IPSA PROFECTIONE milites oppidum inrumperent, portas obstruit, vicos
plateasque inaediflcat ac fossas transversas viis praeducit atque ibi sudes stipitesque praeacutos defigit».
cPompeyo, sea impresionado por las construcciones de César, sea también porque ya desde un principio hubiese decidido salir de Italia, a la llegada de las naves empezó a preparar
su partida y , para mejor demorar el ataque de César, no fuese que los soldados de éste asaltaran la plaza EN EL MISMO MOMENTO DE SU PARTIDA, obstruye las puertas, levanta barricadas en bocacalles y plazas, cava zBDjas transversales en las calles y clava en ellas varas y
estacas puntiagudas, las nivela con endeble~ cañizos y tierra encimu.
Aryuf parece que se quiere indicar que la partida es inminente, lo
mismo que hemos visto e"l el ejemplo de Horacio, en que el gallo está a
(7) M. BASSOLS: «Sintaxis latinu. CSIC; Madrid, 1963; vol. I, pág. 26C.
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QUI SUB VIRIATHO MILITAVERANT
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punto de cantar; por eso tal vez la traducción correcta sería que los
enemigos pueden atacar «en el mismo momento en que vaya a comenzar la partida»: César piensa que ésta va a ser larga, pues se trata de
muchos hombres e impedimenta, y por tanto acción durativa, donde
SUB indicaría el comienzo de esa acción.
En cambio, en este otro texto del continuador de César, Hircio, el
tiempo parece que se haya extendido, del comienzo de la acción durativa a toda ella, pero con un sentido de imprecisión cronológica: «por
este tiempo más o menos». Veamos: Aulo Hircio, Guerra de Alejandría, 42:
«SUB IDEM TEMPUS in IDyrico est incommodum acceptum: quae provintla superioribus
mensibus retenta non tantum sine ignominia, sed etiam cum laude erat».
«Por este mismo tiempo (poco más o menos, imprecisión cronológica) acaeció una desgracia en el Il1rico, provincia que se habla mantenido los meses anteriores, no sólo sin deshonor,
sino aún con mucha gloria».
Como vemos, pues, el sentido temporal puro es muy clásico, usado
por un autor nada sospechoso como César y sus continuadores, defensor como fue de un latín sencillo y claro, en sus teorías gramaticales.
En cambio, en la edad de plata encontramos textos, donde aparte
de un sentido fundamentalmente temporal, parece aparecer también
la idea de sujeción, que como luego veremos, es más tardía. Veamos
dos textos de la «Vida de Agrícola», de Tácito. El primero (Tac. Agr., 6)
dice:
cMox inter quaesturam ac tribunatum plebis, atque etiam ipsum tribunatus annum quiete et otio transiit, gnarus SUB NERONE temporum, quibus inertia pro sapientia fuit».
«Después, entre su cuestura y el tribunado de la plebe, e incluso el mismo año de su tribunado lo pasó en el retiro y el ocio, conociendo las circunstancias bajo el reino de Nerón, en las
cuales la pasividad era la única sabidurla posible•.
Y en Tac. Agr., 45, más adelante dice:
eNero tamen·subtraxit oculos iussitque scelera, non spectavit; praecipua SUB DOMITIANO miseriarum pars erat, videre et aspici».
cNerón arrancó ojos y ordenó crlmenes, no los contempló; la principal parte (el colmo del
horror) de las miserias EN TmMPOS DE DOMICIANO, era verlo y ser visto.»
Si en ambos ejemplos podría ver un lector sutil, además del sentido temporal, la idea de que «entonces en el Imperio todo estaba sometido bajo la tiranfa absoluta de un Nerón o un Domiciano», esto no
puede sostenerse en el siguiente ejemplo de su contemporáneo Plinio
(Cartas, ill, 5, hablando de las obras de su tío Plinio el Viejo):
cDubii sermonis octo: scripsit SUB NERONE, novissimis a. nis, quum omne studiorum gen
nus paulo liberius et erectius periculosum servitus fecisset».
cOcho libros de expresiones dudosas: los escribió en tiempo de Nerón, en los últimos años,
cuando la tiranla hacia peligroso cualquier clase de estudios un poco más libres y más elevados».
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A. VENTURA CONEJERO
En este caso el sentido puramente temporal de este ejemplo viene
reforzado por el ablativo de tiempo que le sigue y completa (novissimis annis), que no admite ninguna duda. También en la Vulgata latina del Nuevo Testamento encontramos un SUB temporal, que va
acompañado (a falta de dudas) por cinco complementos temporales
en ablativo, cuatro de ellos en construcción de participio absoluto. Se
trata de Lucas, 3, 1 y 2:
«Anno autem quintodecimo imperli Tiberli Caesaris. procurante PonUo Pilato Iudaeam,
tetrarcha autem Galileae Herode, Phillppo autem fratre eius tetrarcha Itutaeae et Trachonitidis regionis, et Lysania Abilinae tetrarcha, SUB PRINCIPIBUS sacerdotum Anna et Caipha,
facturo est verbum Domini super Iohannem Zachariae filium in deserto».
Construcción que no hay duda debemos traducir «en tiempos de
los príncipes de los sacerdotes Anás y Caifás», y que en el texto griego
viene expresada con «epi» y genitivo.
Y, en fm, ya en latín medieval nos encontramos frases como SUB
TEMPORE FESTO = en tiempo de fiesta, PRIMIS SUB ANNIS = en
los primeros años (8). Como ocurre en tantos casos de sintagmas latinos, el valor de SUB temporal tiene antecedentes en plena época clásica como hemos visto por los ejemplos de César y alcanza su desarrollo más tarde. Como uso menos frecuente que el de otras construcciones temporales, fue utilizado con cierto sentido estilistico por algunos
autores como Tácito y Plinio.
Valor figurativo
En este sentido expresa ideas de subordinación, sujeción o condición, pero es un uso poco clásico, como indica Bassols (9). También
con verbos de movimiento lleva acusativo:
Cic. Font. 12 : csub alicuius imperium dicionemque cadere».
cCaer bt\io la autoridad y la dominación de alguien».
Nep. Milc. 1: cincolas eius insulae sub potestatem redigere AtheniensiuDlll.
«Devolver a los habitantes de la isla (hacer volverl bajo el poder de los atenienses».
Asimismo con verbos de estado lleva ablativo: «sub regno esse»
(Cic. Rep. I, 60) = «vivir bajo una monarquía»; «militare sub signis
tuis» (Tito Livio, XXIII, 42) =«hacer el servicio militar bajo tus banderas».
(81 K. STRBCKER: dntroduction a l'etude du latin médiévab. F. Giard, Lille, E. Droz, Genéve, 1948, pág. 38.
(91 BASSOLS, op. cit., nota 7.
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QUI SUB VIRIATHO MlUTAVERANT
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En conclusión, el uso local de SUB es el único prácticamente conocido en época arcaica. A partir de época clásica apmecen los usos
temporal y figurado por este orden. Perfectamente legitimo es el uso
temporal como hemos visto en abundantes ejemplos «clásicos» del siglo 1 a. C., y en autores nada sospechosos de excesivas libertades como César. El sentido figurado como más ab~tracto es posterior, pero
también muy frecuente. No obstante, esperamos despejar la incógnita
de este problema suficientemente analizando las otras palabras del
texto, en las que hasta ahora se ha reparado muy poco (lO).
VIRIATO
Vamos a pasar revista a todos los textos latinos en que se nos habla de este personaje, para observar qué apelativos recibe por parte
de los escritores latinos.
Tito Livio, Periochae, libro LII:
«Viriathus in Hispania, primum ex pastore venator, ex venatore latro, mox iusti quoque
exercitus dux factus, totam Lusitaniam occupavit, M. Vetilium praetorem fuso eius exercitu
cepit, post quem C. Plautius praetor nibilo felicius rem gessib.
«Viriato en España, primeramente habiénd.ose hecho de pastor cazador, de cazador bandolero, y luego incluso jefe de lo que justamente se puede llamar un ejército, ocupó toda Lusitania, derrotó al pretor Mar.::o Vetilio después de haber desbaratado su ejército, y después le
·
hizo la guerra el pretor Gayo Plautio no más felizmente».
Observemos cómo el autor le llama «latro», o sea, bandolero, y
después añade que llegó a ser «jefe de lo que justamente se puede llamar ejército» (iusti exercitus dux), pero si bien por el número, no por
su jefe, ni por sus componentes. Es decir, en ningún momento pi~nsa
Tito Livio en llamar a los lusitanos «milites», sino «latrones», ni a su jefe «imperator», sino «dux», y ni siquiera «exercitus», aunque si se le
podría llamar así a la banda de Viriato por el número de sus componentes. Como vamos a ver seguidamente, estos mismos apelativos
más o menos utilizan los autores posteriores, con pequeñas variantes
debidas a simpatías o afán retórico.
(10) Sobre otros aspectos particulares del uso de SUB. pero que aclaran poco nuestro tema, existen estos trabajos:
A. D'ORS: «Sub condicione». Emérita, VIll; Madrid, 1940, págs. 73-78.
S. MARINER: «Sub potestate constitutus». Helmántica, VU; Salamanca, 1956, págs. 391400.
Los adjetivos derivados:
A. D'ORS: :«SÜbliciust. Emérita, XX; Madrid, 1952, págs. 491-492.
M. DIAZ Y DIAZ: «Los adjetivos compuestos con SUB». Eméri'ta, xxxn. Madrid, 1964,
págs. 57-101.
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Veleyo Paterculo, TI, 1, 3:
«Triste deinde et contumeliosum bellum in Hispania duce latronum Virlato secutum est».
«Luego una triste y afrentosa guerra se prod\ijo en España con Viriato, un jefe de bandoleroS».
Floro, I, 33, 15:
cCeterum, Lusitanos Viriatus erexit, vir calliditatis acerrimae, qui ex venatore latro, ex
latrone subito dux atque imperator et, si fortuna cessisset, Hispaniae RomuluS».
«Pero Viriato sublevó a los lusitanos, hombre de agudizada astucia, el cual de cazador se
convirtió en bandolero, de bandolero de repente en jefe e incluso general y, si la fortuna le
hubiera ayudado, Rómulo ( = salvador o fundador) de España».
Floro se atreve incluso a llamarlo «imperaton, pero pervive aún el
calificativo de «dux latronum» = ~efe dé ladrones».
Eutropio, VI, 16:
c(Viriatus) pastor primo fuit, mox latronum dux; postremo tantos ad bellum populos concitavit ut adsertor contra Romanos Hispaniae putaretur. Et cum interfectores eius praemium
a Caepione consule peterent, responsum est nunquam Romanis placuisse imperatores a suis
militibus interflcb.
cViriato fue primero pastor, después j efe de bandoleros; finalmente sublevó a tanto pueblos para la guerra que era considerado el libertador de España contra los Romanos: Y cuando sus asesinos pidieron al cónsul Cepión su recompensa, se les contestó que nunca a los romanos les habla agradado que los generales fueran muertos por sus propios soldados».
Aquf nos da la impresión que Eutropio indirectamente llama «imperator» a Viriato y «milites» a sus hombres para agrandar más la feloma de la traición, y especialmente después de muerto en que ya no
hay peligro. ¿O es que acaso los romanos no se alegrarían de la muerte de tan furioso enemigo? Quien en vida sólo seria un datro», pasarla
tras la muerte a Héroe, aun siendo enemigo. Es sabido cómo ciertos
textos latinos hablan de ·los vicios de los enemigos (pienso en el «Anfbal» de Tito Livio) en unas ocasiones, mientras en otras (vísperas de la
batalla de Zama) al ensalzar las virtudes humanas y la estrategia de
ese mismo enemigo, hace aparecer a nuestros ojos más grande el mérito de su vencedor.
Paulo Orosio, V, 4, 1:
«
vincendo, fugando, subigendo, maximo terrori Romanis omnibus fuitJ.
cEn el mismo consulado (año 147-46 a. C.), Viriato en España, pastor y bandolero, prime·
ro interceptando los caminos, después devastando las provincias, finalmente venciendo, poniendo en fuga, sometiendo los ejércitos de los pretores y cónsules romanos, aterrorizó grandemente a todos los romanou.
Hemos visto cómo todos los autores unánimemente llaman a Viriato «dux latronum», jefe de bandoleros, debido a que no cuenta con
un ejército regular, y solamente alguno le añade el titulo de general
«imperator» con más énfasis retórico que exactitud léxica. Y especial- 646 -
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QUI SUB VIRIATHO MILITAVRRANT
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mente esto es evidente en el texto de Tito Livio, que es también el autor de la cita sobre Valencia (o al menos su abreviador posterior, autor de las «Periochae»). ¿Es comprensible que después de esto se pueda admitir que «qui sub Viriato militaverant» sean los rebeldes, a
quienes siempre llaman «latrones» y no «milites»? Esto es lo que nos
hace pensar en interpretar el texto como referido a «soldados romanos», como hemos insinuado al principio.
MILITARE/LATROCINAR!
Y para corroborar esta hipótesis vamos a seguir analizando la
fuerte oposición existente, desde el punto de vista lexicográfico entre
Miles y Latro, Militare y Latrocinan. Y la clave de ello nos la da el siguiente texto de Tito Livio, libro XXIII, cap. 42, 10 y 11:
«Magni dictatores cwn magistris equitwn, bini consules cwn binis consularibus exercitibus i.ngrediebantur fines nostros; ante explorato et subsidiis positis et sub signis ad populan·
dum ducebant (10): nunc propraetoris unius et parvi ad tuendam Nolam praesidii praeda sumus; iam NE MANIPULATIM OUIDEM, SED LATRONUM MODO percursant totis finibus
nostris neglegentius, quam si in Romano vagarentur agro. ( 11 l Causa autem baec est, quod
neque tu defendis, et nostra iuventus, quae, si domi esset, tutaretur, omnis SUB SIGNIS MI·
LITAT TUIS•.
«Grandes dictadores con sus maestres de caballet1a, dos cónsules a la vez con dos ejércitos consulares penetraban en nuestros territorios; después de haber efectuado un reconocí·
miento previo y de haber colocado tropas de reserva, marchaban blijo sus banderas ( = en
buen orden) a devastar: ahora somos presa de un solO' propretor y de una pequeña guarnición
encargada de la defensa cte Nola; además recorren todos nuestros territorios no ya por manipulas, sino a manera de salteadores con menos precauciones que si pasearen por el propio te·
rritorio romano. El motivo de esto radica en que tú no nos defiendes y en que nuestra juventud que nos protegerla., si estuviera en la patria, milita (-=hace el servicio militar) bajo tus
banderaS».
E.n este pasaje, los aliados itálicos recriminan a Aníbal, que los ha
dejado solos frente a las rapiñas de los romanos. Dicen los aliados que
antes los romanos venían como soldados regulares, con sus jefes, en
ejército, «sub signis», cada uno bajo la enseña de su centuria o manipulo, es decir, «manipulati.m». Ahora, en cambio, como contraste vienen en pequeños grupos ( = parvi praesidii), pero sobre todo «latronum modo», a modo de guerrilleros o de bandoleros, <
es por ejemplo enviar delante exploradores de caballeria, y cuidar del
abastecimiento de viveres. Existe, pues, muy marcada en el texto esa
oposición entre un «exercitus consularis», que es llevado «sub signis» y
«manipulati.m», y un ejército irregular, «parvum praesidiwm que
actúa meglegentius» y «latronum modo». Estilísticamente esta oposición viene marcada por dos adverbios temporales, «ante», antes
hacían esto, munc», ahora en cambio lo contrario. Y por fm en el últi- 547 -
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mo párrafo sigue esa oposición: mientras los romanos actúan como
salteadores, nuestra juventud «militat sub signis tuis», hace el servicio
militar, son soldados regulares (no bandoleros) bajo tus banderas en
el ejército cartaginés. Este es el sentido que tiene «militare» reforzado
por el «sub signis», que indica el hecho de que los soldados avanzan
formados, cada uno dentro de su unidad y bajo la enseña de ésta. ¿Podrá todavía pensarse que a un hombre, Viriato, a quien todos los textos califican de «dux latronum», un autor latino aplique a sus hombres
el término «militare»?
Pero vamos a insistir un poco más sobre este punto, considerando
otros textos. Seglín el diccionario latino de Gaffiot ( 11 ), MILITARE es
«Ser soldado, hacer el servicio militan> (derivado de
en segunda «ladrón» o «bandolero». Analizaremos ahora algunos textos sobre «militare».
Plauto, :Persa, acto 11, v. 235:
cAt confltlentla, illa militia militatur multo magis. quam pondere».
«Pero con descaro se cumple mejor ese servicio militar, que con el peso».
Aqui tenemos ya en un texto arcaico el sentido que tendrá siempre
este verbo reforzado por millitia», formando una figura etimológica:
«hacer el servicio militar».
Suetonio, César, 68 :
«Plerique captl concessam sibi sub condicione vitam, si militare adversus eum vellent, recusarunb.
eLe mayor parte de los soldados de César capturados rehusaron que se les fuese perdonada la vida bajo la condición de luchar contra éh.
· Horacio, Epodos, 1, 23:
c(a me) Omne militabitur bellumt.
eVo tomarla parte en cualquier guerra».
Apuleyo, Met. 9, 20:
«Prima stipendia militare•.
«Hacer sus primeras armas».
El simple hecho de «luchan> o «hacer la guerra» se podía poner en
latín con «facere bellum», «pugnare», pero «militare» indica específicamente en todos estos textos «hacer un servicio militar obligatorio» por
oposición al mercenario que veremos ahora.
(11 1 F. GAFFIOT: cDictionnaire illustré latin·franc;aisll. Parfs, 1934, sub verbis.
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LATRO tiene como acepción primera y más antigua la de «soldado
mercenario» derivado del griego «látron» significando sueldo (12), y
así aparece en los autores arcaicos como Enio y Plauto (Eh. An. 60 ;
528; Pla. Aul. 949; Poen. 535). Tiene el sufijo peyorativo -0, -ONIS.
En su segunda acepción significa «salteador de caminos». Asi lo
encontramos en Horacio, Sátiras, I, 3, 106:
«Oppida coeperunt munire et ponere leges, ne quis fur esset, neu latro, neu quis adulten.
«Comenzaron a amurallar las ciudades e instituir leyes, para que nadie fuese ladrón. nadie salteador, nadie adúlterot.
Y el mismo significado encontramos en este texto de Cicerón (De
Officiis lib. II, XI, 40), donde hay también una alusión a Viriato, que
tendríamos que unir a los textos ya estudiados sobre este personaje:
«Ouinetiam leges latronum esse dicuntur, quibus pareant, quas observent. Itaque, propter aequabilem praedae partitionem, et Bardylls, Dlyrius latro, de quo est apud Tbeopompum. magnas opes babuit; et multo maiores Viriatus Lusitanus: cui quidem etiam exercitus
nostri imperatoresque cesserunt; quem C. Laelius lis, qui Sapiens usurpatur) praetor fregit, et
comminuit; ferocitatemque eius ita repressit, ut facile bellum reliquis tradereb.
cEs más, hasta se dice que existen leyes entre los ladrones, que obedecen y cumplen. Asf
por el justo reparto del botín, el bandido ilirio Bardllio, de quien se habla en Teopompo, acumuló grandes riquezas; y mucho más grandes el lusitano Viriato, a quien se rindieron hasta
nuestros ejércitos y generales, y a quien el pretor Cayo Lelio, llamado el Sabio, destrozó y
abatió, reprimiendo a tal punto su fiereza, que la guerra contra él fue fácil a sus sucesoreSt.
Hemos visto cómo el calificativo de «latro» en el sentido de «bandolero» se aplica también a Viriato. Ante tal unanimidad de los autores, ¿cabe todavia en pensar que el «qui militaverant» debe aplicarse a
los soldados de éste?
Este sentido de latro pervive en su derivado «latrocinium» = «bandidaje» y datrocinari» = «ejercer el bandidaje». Asf lo vamos a ver en
estos otros textos de Cicerón, para completar nuestra visión sobre el
significado de esta raiz.
Cicerón, Catilinaria, I, 31 :
cHic si ex tanto LATROCINIO iste unus tolletur, vídebimur fortasse ad breve quoddam
tempus cura et metu esse relevad, periculum autem residebit et erit inclusum penitus in venis
atque in visceribus rei publicae».
cSi de tantos bandidos este sólo fuera suprimido, nos parecerá quizá que durante un breve tiempo se nos ha aliviado el susto y cuidado, pero el peligro permanecerá a.r raigado en las
venas y entrañas de la república..
Cicerón, Cat., II, 1:
cSine dubio perdidimus hominem magnificeque vicimus. cum illum ex occultis insidiis in
apartum LATROCINIUM coniecimUSt.
«Hemos perdido al hombre, sin duda, y lo hemos vencido magníficamente, cuando lo emptúamos de las asechanzas ocultas a un bandidaje abierto».
(121 MARTIN, op. cit.. nota 5, sub verbo.
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Cicerón, Cat. 1, 16:
cllle autem, si mehercule hoc, quod agit, nwnquam antea cogitasset, tamen LATROCINANTEM se interfici mallet quam exsulem vivere•.
cBn cambio él, a fe mia qu. aún si nunca hubiese pensado en hacer lo que ahora hace, sin
e
embargo preferirla ser muerto como bandido a vivir como desterrado•.
CONCLUSIONES
Después de este exhaustivo análisis de textos literarios latinos,
· creemos haber llegado a las siguientes conclusiones:
1. a Contrariamente a lo que afirman algunos, el uso de SUB con
significado temporal es perfecfamente clásico, y mucho más que su
uso figurado. Creemos que usar SUB temporal por IN es un rasgo estilfstico que en el caso de SUB VIRIATO indica indeterminación o imprecisión cronológica. Asi como en el texto de Hircio, 42, que hemos
visto, «sub ídem tempus», lo traducíamos por «por este tiempo poco
más o menos», aquf habría que pensar en «en tiempos de Viriato más o
menos,.. En todo caso hemos de tener en cuenta que Tito Livio escribe
ya en el siglo Id. C., y que el abreviador de las «¡>eriochae» es mucho
más posterior. De manera que se podría pensar que ese SUB tiene el
mismo sentido que el de los textos de sus quasi contemporáneos Tácito y Plinio. En todo caso seria posible la interpretación tiempo-sujeción; lo mismo que «sub Nerone» de Tácito, parece indicar «bajo el
tiempo en que Nerón dominaba tiránicamente», «sub Viriato» seria «en
tiempo en que Viriato dominaba casi toda España». En cualquier caso,
nos inclinamos por el sentido temporal.
2. Hemos visto cómo unánimemente todos los autores latinos califican a Viriato como «dux latronlllD.», dejando aparte nuestras simpatías personales como españoles. Hemos visto el significado de esta
palabra, que resulta ser léxicamente opuesta a «miles». «Latro» es el
soldado mercenario o el bandido, en cambio «miles» es el soldado que
hace su servicio militar obligatorio, según las leyes de su pais, y lucha
en un ejército disciplinado y en defensa de su patria. ¿Cabe más clara
antítesis? Si el mismo autor de las «Periochae» llama en un párrafo (libro UI) a Viriato «latro», ¿cómo es posible que en otro (libro LV) tan
cercano diga que sus soldados eran «milites»? ¿No es más lógico pensar que esos «milites» o «militare» se refiera a los romanos?
3. Y finalmente, saliéndonos ya del análisis de los textos literarios, objeto de nuestro articulo, hay otras razones histórico-culturales
que nos inclinan a pensar que los primeros pobladores de Valencia
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eran soldados romanos. Resultaría ilógico establecer a unos «rebeldes>t lusitanos o celtiberos, tan lejos de su país en un territorio con tan
grandes posibilidades de desarrollo agrícola. ¿Es lógico que a unos rebeldes se les recompense de esta manera? ¿No será más lógico que esto sea un premio para los veteranos romanos, que han derramado su
sangre contra Viriato en defensa de la República? Y si la ciudad era
poco después «colonia» ¿no es más lógico que estuviera habitada por
ciudadanos romanos, por veteranos licenciados?; este era el origen
normal de toda colonia romana. Y este era el destino que solian tener
los soldados licenciados: se les entregaba unas tierras para cultivar y
una «colonia» (de «colere» = cultivar la tierra); lo cual servía para ir
romanizando desde estos centros las comarcas indígenas que los rodeaban. Y así ocurrió también en los siglos siguientes con los veteranos de las guerras civiles.
En cuanto a la fórmula «Veterani et vetares», que se cita en algunas inscripciones (13) podría ser interpretada de dos maneras: o bien
«veteres» son los antiguos pobladores del país y «veterani» los soldados
licenciados, con lo cual al nombrar éstos primero se indicaría su categoría superior como ciudadanos, y que los indígenas penetrarían en la
ciudad más tarde para dedicarse a labores artesanas o comerciantes:
sería una relación semejante a la de los «patricios» y «plebeyos» en Roma. Unos serían los propietarios de la tierra y más antiguos en la colonia , otros los llegados con el comercio y auge de ella, que a su vez
serian pobladores antiguos de la región.
O bien puede explicarse pensando en varias afluencias de soldados licenciados, una tras las guerras de Viriato, otra a la terminación
de las guerras de Sertorio o Pompeyo, que es cuando ya la encontramos con el rango jurídico de colonia (14).
En fm, en cualquier caso siempre quedarán aspectos oscuros en el
origen de la ciudad de Valencia. Solamente hemos querido, con estas
consideraciones, contribuir al esclarecimiento de algunos interrogantes sobre este tema, desde el punto de vista filológico (15).
(13) E. HÜBNER: «Corpus Inscriptionum LatinarUlllll, vol. II. Berlln. 1863, núms. 3.733.
3.734, 3.735, 3.736, 3. 737, 3. 739 y 3. 741, y posteriormente otras dos publicadas por P. BEL·
TRAN, «Hallazgo de lápidas romanas», Anales del Centro de Cultura Valenciana, I, 1928.
pág. 90, y «Nueva inscripción romana», Anales del Centro de Cultura Valenciana, r. Valencia,
1928. pág. 169.
(14) Sobre el problema de cveterani et vetares• v. el resumen en FLETCHER. op. cit.. nota
2 («Consideraciones...»), págs. 199· 200, y J. ESTEVE FORRIOL: «Valencia, fundación romana». Valencia. 1978, págs. 87·88.
115) En la reciente obra de ESTEVE FORRIOL, op. cit.• nota anterior, pág. 106, se man-
·uenen puntos de vista düerentes a nuestra conclusión sobre el valor de SUB.
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