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ISSN 1989-508
MARIANO jORNET
Prehi!>toria de Bélgida
HALLAZGOS ENEOLITICOS
Hace ya bastantes años nos propusimos recopilar cuantas notas
vinieran a nuestras manos referentes a la villa de Bélgida y su término
municipal; pero el año 1913, al redactar la parte histórica de aquel
trabajo, tropezamos con que los datos recogidos en archivos y bibliotecas fueron en tan corto número, que no bastaron a colmar nuestros
deseos. Pensamos entonces en que acaso en el subsuelo patrio pudieran
hallarse enterradas algunas páginas de su historia, y comenzamos a
reconocer detenidamente el término, teniendo la satisfacción de ver
confirmadas nuestras sospechas por una serie de descubrimientos
arqueológicos de datas y culturas distintas y todos ellos interesantes.
Daremos a conocer, de estos descubrimientos, los correspondientes a
la etapa más antigua que hasta hoy conocemos de la prehistoria de
Bélgida, la eneolítica; y teniendo en cuenta que D. Isidro Ballester
ha publicado un trabajo sobre la técnica de estos hallazgos en los
números 111 y IV de la revista Cultura Valenciana, de l año 1928,
limitaremos nuestra labor a la simple reseña de los yacimientos aro
queológicos, con una breve descripci6n de los objetos encontrados.
PARTIDA DE ATAReO
Fué en el año 1915, cuando, al roturar un erial que D. Francisco
Faus posee en la meseta de la loma Atarc6, apa recieron unos cascos
de vasijas que por el aspecto llamaron la atenci6n del administrador
D. Vicente R. Mic6; practicada la exploracl6n por nosotros. observamos que los fragmentos de cerámica descubiertos y los que luego encontramos ocupaban un hoyo circular de un metro de diámetro por
- 91 -
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M. 10RNET
0,60 metros de profundidad, abierto en la marga blanca endurecida,
característica del terciario del valle de Albaida, ofreciendo las tierras
de relleno coloración gris e igual dureza que la marga.
Como la roturación de los pocos eriales que restan en la comarca
s610 tiene lugar cuando por el exceso de humedad de los demás campos no pueden los braceros ocuparse en otras labores, ocurrió que el
mismo día en que apareció el hoyo mentado se suspendió la operación de desfonde, sufriendo con
ello la exploración un aplazaA tan~
miento indefinido. Mas nosotros, atosigados por el deseo
he. 1 : JODO
de conocer la importancia del
descubrimiento, dimos un vistazo a lo que del erial quedaba
por romper, y allí donde el
tomillo y el romero presentaban
mayor desarrollo, aIli hicimos
una cata , logrando de esta manera descubrir los hoyos consignados en el croquis de la fig. 1.
Todos tenían las dimensiones
indicadas más arriba, a excepción del D, que se describirá
Fil:. l . CrCH!lIb: dtt ,0111l1li0 del AtareO
después. Los hoyos B Y e estaban casi tangentes, pues apenas les separaba un decimetro de
tierra. El contenido formaba un todo muy apelmazado, compuesto
de tierra con cenizas, piedras y cascos de vasijas.
Las piedras eran cantos rodados de un tamaño comprendido entre
el del puño y la cabeza; sacamos muchas labradas en la forma oblonga
y plano-convexa, que indica la lámina 1, A; son todas parecidas en
la forma--excepto la de la fig. 2,- pero desiguales en magnitud.
Una de las piedras, también plano-convexa, pero no tan cuidadosamente trabajada, presenta en la convexidad un hoyo hemisférico, de 0,065
metros de ancho por 0,03 de profundidad, como de haber servido de
quicio (lim. III, F). Ninguna cumplía en el hoyo el objeto para que
fué construida, ya que las hallamos colocadas, indistintamente, de plano
o de canto, pero en desorden siempre. Por el interés que pueden ofrecer,
recogimos unas cuantas y las llevamos
.....:
a casa. La superficie de estas piezas,
·:::::~:: ·~:·····
que debió ser lisa en un principio,
presenta hoy un picado que puede
haberlo producido, por corrosión, el
ácido carbónico de la atmósfera.
de piedra moledora; partid. dd Alarc6
"'," ,'"
~
- 92-
. .l
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3
PREHISTORIA DE BÉLCICA
No vimos en los hoyos ni alrededores indicio alguno de argamasa.
Los cascos de vasija que hallamos pertenecen, en su mayor parte,
a vasos hemisféricos de los llamados cuencos, fabricados a mano y
-
'.
Pie. 3. Ptfllle! de la ctfllmlQ del Alatc6
con pequeñt... mamelones o tetones cerca
..... _...._... _....
del borde, haciendo de asas (fig. 3); son
".
. '.
"
'.
toscos, y solamente dos de ellos aparecen
trabajados con mayor esmero y presentan
dibujos grabados en forma de estrella el
uno, y el otro dispuesto en fajas horizon~
tales de 12 milímetros de anchura, alter~
nando las lisas con las rayadas, según se
ve en la lámina 11, A, 1 Y 3. Este último
corresponde a un vaso campaniforme.
La fractura de los tiestos, en unos es rojiza
y blanda, y en otros, la mayor parte, ne~
gra, muy brillante y dura.
También recogimos una piedra caliza
de 1,755 kilogramos de peso, algo hemis~ Fil. 4. !lacha df oflla dfl Atare6
rérica y con señales evidentes de haber
servido para moler a mano o triturar; varios trozos de pedernal, tal1a~
dos algunos en forma de cuchillo o raspador; un fragmento de hacha
o piedra afiladora (Iám. 11, A, 4) Y otro de un hacha pequeña, de
ofita «(). pulimentada y cortada a manera de escoplo, como indica
la fig. 4. Este instrumento apareció en la capa inferior del hoyo L,
explorado en Noviembre del año 1918.
El citado arqueólogo don Isidro Ballester. apenas vió los primeros
hallazgos los refirió al período eneolítico, y señaló cerno evidentemente
fcarnpaniformes&los tiestos de la lám. 11, A, I Y 3, que, ornados de
decoración incisa, son también de dicho período de transición a los metales. Asimismo nos advirtió la importancia de estos últimos, por ser
escasos los vestigios campaniformes encontrados- hasta entonces- en
la región valenciana.
Hay indicios de haber existido más hoyos de esta naturaleza en
~
,
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M.
JORNET
los campos inmediatos, y que al roturarlos en otro tiempo debieron
ser destruidos.
Ultimamente recogimos, a flor de tierra y unos 50 metros al Sur
de la estación, el fragmento de piedra moledora que representa la
fig. 2; debió tener forma rectangular, con las dos caras labradas para
el mismo uso. pero que acaso, por el desgaste, llegaría a inutilizarse.
Hemos dejado la descripción del hoyo D para el final, por diferen·
ciarse totalmente de los demás. Está situado en la meseta de la loma;
tiene 1,15 metros de profundidad; no es de forma cilíndrica, como los
demás, sino ventruda, con 1,25 metros en la parte más ancha, y en
el fondo hallamos siete piedras mayores que la cabeza, colocadas en
dos hiladas dispuestas en semicírculo, y en el centro, o sea en la concavidad de las piedras, un cráneo humano que se deshacía al tocarlo
y vari...,s huesos (cañas), que tenemos cuidadosamente guardados; pero
no había ninguna vértebra, ni costilla, ni tampoco alguno de los huesecitos de los pies y manos. Debemos anotar que mientras la tierra de relleno de los demás hoyos es de un gris oscuro, por las cenizas y carbo·
nes que contiene, la de éste es blanca, como la de la loma en que fué
abierto.
Por todo lo expuesto, podemos asegurar que el hombre primitivo
habitó la estación que nos ocupa en la etapa eneolítica.
INDICIOS DE ESTA t:;POCA EN LAS PARTI DAS MANDOlA, CASETA
DEL GENERAL, CAMINO DEL ALFOGÁS, BENIPRI y RENDAGUARA
Del mismo período de transición de la Edad de Piedra a la de los
Metales, hemos encontrado restos en las partidas Beniprí y Rendaguaña, que por aparecer mezclados con los de civilizaciones posteriores,
debiéramos relacionarlos al describir, en su dfa, las expresadas esta·
ciones, pero, para dar unidad a este trabajo, incluiremos aquí los que
de este periodo hemos hallado en las partidas Mandola, Caseta del Ge·
neral, camino del Alfogás, Beniprí y Rendaguaña.
Mandola -Pertenece a MandoJa una vasija esférica de 14 litros
de capacidad, fabricada a mano en barro basto de un centímetro de
grueso, color claro y sin asas, que encontró, en el año 1920, D. Daniel
Soler en tierras de su propiedad (lám. 1, B). Estaba en un hoyo de un
metro de profundidad, abierto en el rtap. (marga blanca), y por el
barro, forma y labor, además de la circunstancia de encontrarse con
ot ros pequeños fragmentos cerámicos (uno de los cuales tenía por asa
el conocido mamelón), evidentement.e eneolíticos, no dudamos en
incluir el depósito entre los de este período.
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Caseta del Genera/.-La Caseta del General es un pequeño edificio
enclavado en la partida Alto del Atareó, y 250 metros al Sur de este
edificio descubrimos, en 1921, un hoyo de forma idéntica a los de
AtarGÓ; en él hallamos muchos tiestos rayados por dentro y fuera de
una manera irregular cuyos perfiles damos en la flg. 5 (v. en la
lám. II J, A Y B uno de los ejemplares), y otros lisos, pero todos de
la misma fabricación; varios trozos de pedernal amorfo y un fragmento
de hacha pulimentada.
PRE.HISTORIA DE. BÉLGIDA
Camillo del Alfogás.Los caminos que van a la
Pedrera y al Alfogás dete rminan una faja de terreno
estrecha y combada con una
prominencia en el centro, de
meseta plana y cultivada.
Al Sur de esta meseta, entre Fle. 5. Ptrflles de la (.dmlca de la cuda dt l General
ella yel camino del Alfogás,
hay dos parcelas plantadas de algarrobos, que son las que contienen
los restos eneolíticos que vamos a relacionar. Nadie , que no haga un
reconocimiento tan minucioso del terreno como el que nosotros hemos
tenido necesidad de hacer, podrá sospechar que aquel sitio fuese morada del hombre primitivo; máxime habiendo arbolado en los campos,
que, como sabemos, suelen contener en abundancia escombros procedentes de los derribos
de la población desti·
nadas a abono .
..... 'X ······················"'l· .
Un tiestecito, encono
trado al azar a bastante distancia del pie
de los algarrobos, fué
..
del
el principio del descubrimiento. EfectivaEn . 1: loDo
mente: practicadas varias catas, tuvimos el
acierto de t ropezar con
los hoyos marcados en
el croquis de la fig. 6,
de idéntica forma y
dimensiones a los de
Atareó. En ellos en ·
contramos, como allí,
las mismas piedras y
fle. 6. Croq Lll1 del po blado Iftl A lroga
;~'\ Lam~ Al\o~ás
- 95 -
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6
M. JORNET
tierras negruzcas mezcladas con cenizas y carbones, dos fragmentos
de hachas pulimentadas (una de ellas sin acabar lám. 1I , D, 7) , muchos trozos de pedernal amorfo yatro tallado en forma de raspador poligonal, varios de conchas marinas, un fragmento de pulsera de mármol
(lám. I1, D, 6), muchos fragmentos de cerámica negruzca de fractura
brillante y una punta de necha de sílex (pedernal), pequeña, que maravilla cómo aquellas gentes pudieron tallar, con instrumentos rudimentarios, un útil tan delicado con tanta perfección (Jám 111, e). De
-los tiestos hemos recogido principalmente los que presentan algún dibujo, debiendo advertir que éste es siempre lineal e inciso, como en Atareó. No hay más diferencia que, mientras en Atareó la línea o trazo
es continuo, aqu¡ es punteado en algunos ejemplares, pero igualmente
relleno de substancia blanquecina. Hay algunos tiestos (lám. II, D,
3 y 4), seguramente de una misma vasija, que la cara exterior es rojiza y el dibujo algo más pequeño, pero igualmente dispuesto en fajas
horizontales como el que se cita de Atarc6, y que, como aquél, pertenecen a otro vaso campaniforme. Otro de Jos tiestos corresponde
a media cazuela plana, es decir, de poco rondo, tamaño grande (28 centímet ros de diámetro), de barro negro con decoraci6n por dentro y
fuera en el borde, y solo por fuera, en el vientre (Hg. 7, 1 Y lám. 111.
D). Son también de esta estaci6n los tiestos de la lám. 11, D, I Y 5.
Este último presenta como adorno un picado hecho con instrumento
triangular.
I
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J
FI¡¡:. {, Pnlllts de la crr.mlca
del AlIQIIts
Fil. 8. Srccl6n del clIenco hallado en Brnlpri
Benipri -Un reconocimiento practicado en la partida Beniprí,
nos proporcion6 un cuchillo o raspador de pedernal, y entre otros.
doce tiestos de una misma vasija, que por el dibujo, calidad del barro
y factura son característicos del período eneolítico (lám. 11 , A, 2).
Dichos tiestos pertenecen a un hermoso cuenco de 36 centímetros de
diámetro (Hg. 8); ninguno de ellos nos muestra el dibujo completo de
la vasija, ni son tampoco todos contiguos, pero el que cada fragmento presente algo del anterior y parte del siguiente, nos ha permitido
reconstruir toda la composici6n artística de la misma, como puede
verse en la lám. 111, E; en el sitio en que aparecieron, que por cierto
está en el limite de dos estaciones (ibérica la una e ibero-romana la
-96-
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PREHISTOR IA DE BÉI.O IOA
1
otra), excavamos un cuadrado de diez metros de lado por 0,50 de profundidad, sin poder formar juicio alguno; las labores agrícolas borraron toda huella: únicamente tropezamos, en el fondo de la excavación, con un lecho de piedras sueltas y desiguales, que por entonces
respetamos
Rendaguaña.-En la partida Rendaguaña, lado izquierdo del camino que va a Bufalit, aparecieron en 1915, al
roturar uno de Jos campos, muchos carbones,
cenizas, piedras ca lci nadas y varios fragmentos
de cerámica negra idéntica a la de esta clase
descrita anteriormente, sin decoración alguna;
"
solamente uno de los tiestos, que pertenece a
un cuenco de regulares dimensiones, presenta
unas muescas o incisiones t ransversales reguFI,. 9. Perilla de l.
larmente dispuestas en el borde. Los fragmentos
acusan, además de la forma de cuenco dicha, cer'mlc:l d. Ren'IIIU.n.
el perrilligeramente caliciforme que también se da en el At:ucó (Hg. 4).
En la Hg, 9 inclurmos los perfiles de la Rendaguaña.
).
OTROS HAI.LAZGOS
Hemos hallado la morada del hombre eneolítico en la localidad,
documento importantísimo para la historia primitiva de nuestra pequeña patria. De su paso por la misma teníamos conocimiento, ha
mucho tiempo, por las hachas recogidas en distintas ocasiones, y aunque se citan algunas en otro lugar, haremos aquí, de todas, breve
relación
A tierras de Bélgida corresponden las hachas de ofita (?) que tenemos de Pibaztan y camino de [a Pedrera, otra de las ruinas del palacio
del marqués, una más de la casa núm. 21 de la calle de la Nevera
(Iám. 11 , B), otra de la 29 de la calle Nueva (lám. 11, C), otra de Atareó (Iám. 1, C) y varios fragmentos, de la misma clase. de las partidas
Veto (Iám. 11, A), Bardal, Atareó, Alto del Atareó y camino del Alfogás. sin contar algunos fragmentos de objetos pulimentados de la
misma procedencia.
Pero el más bello ejemplar en hachas de este período. 10 debemos
a nuestro querido amigo D. Vicente R. Sebadilla; apareció en tierras
de su propiedad. de la partida Fasicampo, en Marzo de 1916. Es un
hacha pequeña, cuidadosamente fabricada; su labor constituye un hermoso ejemplo de paciencia y habilidad.
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8
M. } ORNET
CRONQLOGIA
Si examinamos con detención los yacimientos de Bélgida, correspon dientes a l período eneolítico, y los comparamos con los de la misma etapa de los alrededores de Madrid (Las Carolinas y Ciempozuelos), veremos que, con la sola diferencia de no aparecer metal alguno
en Bélgida, unos y otros son análogos. Allí, como aquí, se encuentran
los mismos hoyos con cenizas, carbones, huesos de animales, fragmentos de hachas pulimentadas. sílex amorfos y sílex retocados, cerámica de barro negro, fabricada a mano, tosca, con mamelones y sin
decoración a lguna, y fina, de varias formas, con ornamentación incisa
y lineal incrustada de pasta blanca. De ser contemporáneos. debemos
asignar a los primeros belgidenses, cuya huella nos es conocida, una
antigiledad que no debe bajar de los 2000 años antes de J. C., toda
vez que en esta fecha acaba, para Europa. la Edad de la Piedra pulimentada (Incluso la del Cobre) y comienza la del Bronce (1).
EL ELIPSOI DE DE LA Z ALEMA
De propio intento hemos dejado para el final de los hallazgos prehistóricos ocuparnos del descubrimiento de un objeto que, por las
condiciones del terreno en que lo encontramos, debe, a nuestro juicio,
haberlo fabricado el hombre en época muy remota.
Las avenidas del barranco del Pleit han abierto, a fuena de siglos,
un tajo profundo en el manchón holoceno de la Zalema y los labradores, para el mejor aprovechamiento de aquellos ribazos, tuvieron
que empezar por trazar sendas y contener por medio de malecones
las tierras. Al cortar, antaño, el aluvión para formar una de estas
sendas (la inmediata al llamado garrojer de la Granoto) , quedó al
descubierto una piedra que, por el color, pulimento y forma geométrica, nos llamó la atención en uno de los muchos reconocimientos
que con fines distintos hemos tenido que hacer por allí. Dicha piedra
(Iám. 1, C), que es uneUpsolde de sílex, mide en los tres ejesO,114,0,080
y 0.065 metros, respectivamente, y estaba a 3,50 metros de profundidad, debiendo advertir que el aluvión presenta allí, a la vista, unos
JO metros de espesor y no ha sido removida desde su origen la estratificación. El zapapico, probablemente, debió hacerle saltar el trozo
( 1) J. PIlIREZ DE BARRADAS. Articulo publicado en la R~ista de fa Bibliotlea
Auh¡vo y MuslQ dllf Ayuntamitnto d, M(ldrid. Año lit. Enero, 1926. Núm. IX.
Huao OBE!RMA1ER: El hombre fósil. Memoria de la Comisión de Inve:¡tlgaclo.
nes Paleontol6gicas y Prehist6rlcas. Núm. 9, 2.- edicl6n, página 401.
-9B-
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PREHISTORIA. DE BÉLGICA.
que resaltaba del margen, equivalente a un cuarto de la pieza, causándole una sección oblicua al eje mayor.
Pué dicha piedra evidentemente labrada por el hombre prehistórico; lo creemos así, por la forma geométrica y porque no pudo adquirir. rodando en espacio tan corto (1) . un pulimento tan acabado
mientras las demás son todas ásperas, angulosas y de distinta naturaleza . Su remota antigüedad la acredita el nivel geológico de la 7~
lema. Se trata de un aluvión antiguo. formado. sí, bastante después
de la desecación del valle, pero sobre él no pudieron colocarse nuevos
materiales, por la disposición del terreno, en un lapso de tiempo grande de entonces a hoy. El elipsoide de que hablamos es contemporáneo
de la formación, que suponemos del período Gholoceno~ sin otra razón,
por ahora, que la del útil encontrado.
RESUMEN DE LOS OBJETOS ENEOLITICOS HALLADOS EN Bt!L(ilDA
Numerosos fragmentos de cerámica negra, brillante. perteneciente
a vasos de diferentes forma y tamaño, sin adorno alguno.
Otros, de la misma clase, con decoración incisa y lineal, de trazo
continuo en unos y punteado en otros, representando figuras geométricas.
Otros, rayados por dentro y fuera de manera irregular.
Otro, que presenta como adorno un picado hecho con instrumento
triangular.
Otro, con incisiones transversales en el borde.
Una vasija esférica de 14 litros de capacidad.
Gran parte de una cazuela plana con decorado Inciso punteado.
Hachas y fragmentos de hachas, pulimentadas.
Cuchillos y raspadores de pedernal.
Numerosos trozos de pedernal amorfo .
Una punta de flecha de sílex (pedernal).
Un fragmento de pulsera de mármol.
Piedras moledoras.
Una piedra-quicio (?).
Un elipsoide de sílex.
Un cráneo humano y algunos huesos más de la misma especie.
Con los objetos anteriores hemos hallado dientes de ciervo (a
nuestro parecer), conchas marinas completas e incompleta~. huesos de
animales distintos, ceniz.:ls, carbone~ y piedras y losetas calcinadas
( 1) Desde la divisoria de aguas al punto de hallazgo apenas hay
recorrido de 2.000 metros.
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un mhlmo
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JORNET - t Oélg ida•.
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A. CerAmlca y objelo de piedra de AI.re6 y certlmlu (núm. 2), de Btnlprl - B y C. IIlchu de pledr.
D. CtrAmlca y obJelol del Camino del AIToglls y urAmlta !núm. 8), de 1, Cueta del lelleral,
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Prehi!>toria de Bélgida
HALLAZGOS ENEOLITICOS
Hace ya bastantes años nos propusimos recopilar cuantas notas
vinieran a nuestras manos referentes a la villa de Bélgida y su término
municipal; pero el año 1913, al redactar la parte histórica de aquel
trabajo, tropezamos con que los datos recogidos en archivos y bibliotecas fueron en tan corto número, que no bastaron a colmar nuestros
deseos. Pensamos entonces en que acaso en el subsuelo patrio pudieran
hallarse enterradas algunas páginas de su historia, y comenzamos a
reconocer detenidamente el término, teniendo la satisfacción de ver
confirmadas nuestras sospechas por una serie de descubrimientos
arqueológicos de datas y culturas distintas y todos ellos interesantes.
Daremos a conocer, de estos descubrimientos, los correspondientes a
la etapa más antigua que hasta hoy conocemos de la prehistoria de
Bélgida, la eneolítica; y teniendo en cuenta que D. Isidro Ballester
ha publicado un trabajo sobre la técnica de estos hallazgos en los
números 111 y IV de la revista Cultura Valenciana, de l año 1928,
limitaremos nuestra labor a la simple reseña de los yacimientos aro
queológicos, con una breve descripci6n de los objetos encontrados.
PARTIDA DE ATAReO
Fué en el año 1915, cuando, al roturar un erial que D. Francisco
Faus posee en la meseta de la loma Atarc6, apa recieron unos cascos
de vasijas que por el aspecto llamaron la atenci6n del administrador
D. Vicente R. Mic6; practicada la exploracl6n por nosotros. observamos que los fragmentos de cerámica descubiertos y los que luego encontramos ocupaban un hoyo circular de un metro de diámetro por
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0,60 metros de profundidad, abierto en la marga blanca endurecida,
característica del terciario del valle de Albaida, ofreciendo las tierras
de relleno coloración gris e igual dureza que la marga.
Como la roturación de los pocos eriales que restan en la comarca
s610 tiene lugar cuando por el exceso de humedad de los demás campos no pueden los braceros ocuparse en otras labores, ocurrió que el
mismo día en que apareció el hoyo mentado se suspendió la operación de desfonde, sufriendo con
ello la exploración un aplazaA tan~
miento indefinido. Mas nosotros, atosigados por el deseo
he. 1 : JODO
de conocer la importancia del
descubrimiento, dimos un vistazo a lo que del erial quedaba
por romper, y allí donde el
tomillo y el romero presentaban
mayor desarrollo, aIli hicimos
una cata , logrando de esta manera descubrir los hoyos consignados en el croquis de la fig. 1.
Todos tenían las dimensiones
indicadas más arriba, a excepción del D, que se describirá
Fil:. l . CrCH!lIb: dtt ,0111l1li0 del AtareO
después. Los hoyos B Y e estaban casi tangentes, pues apenas les separaba un decimetro de
tierra. El contenido formaba un todo muy apelmazado, compuesto
de tierra con cenizas, piedras y cascos de vasijas.
Las piedras eran cantos rodados de un tamaño comprendido entre
el del puño y la cabeza; sacamos muchas labradas en la forma oblonga
y plano-convexa, que indica la lámina 1, A; son todas parecidas en
la forma--excepto la de la fig. 2,- pero desiguales en magnitud.
Una de las piedras, también plano-convexa, pero no tan cuidadosamente trabajada, presenta en la convexidad un hoyo hemisférico, de 0,065
metros de ancho por 0,03 de profundidad, como de haber servido de
quicio (lim. III, F). Ninguna cumplía en el hoyo el objeto para que
fué construida, ya que las hallamos colocadas, indistintamente, de plano
o de canto, pero en desorden siempre. Por el interés que pueden ofrecer,
recogimos unas cuantas y las llevamos
.....:
a casa. La superficie de estas piezas,
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que debió ser lisa en un principio,
presenta hoy un picado que puede
haberlo producido, por corrosión, el
ácido carbónico de la atmósfera.
de piedra moledora; partid. dd Alarc6
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No vimos en los hoyos ni alrededores indicio alguno de argamasa.
Los cascos de vasija que hallamos pertenecen, en su mayor parte,
a vasos hemisféricos de los llamados cuencos, fabricados a mano y
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Pie. 3. Ptfllle! de la ctfllmlQ del Alatc6
con pequeñt... mamelones o tetones cerca
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del borde, haciendo de asas (fig. 3); son
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toscos, y solamente dos de ellos aparecen
trabajados con mayor esmero y presentan
dibujos grabados en forma de estrella el
uno, y el otro dispuesto en fajas horizon~
tales de 12 milímetros de anchura, alter~
nando las lisas con las rayadas, según se
ve en la lámina 11, A, 1 Y 3. Este último
corresponde a un vaso campaniforme.
La fractura de los tiestos, en unos es rojiza
y blanda, y en otros, la mayor parte, ne~
gra, muy brillante y dura.
También recogimos una piedra caliza
de 1,755 kilogramos de peso, algo hemis~ Fil. 4. !lacha df oflla dfl Atare6
rérica y con señales evidentes de haber
servido para moler a mano o triturar; varios trozos de pedernal, tal1a~
dos algunos en forma de cuchillo o raspador; un fragmento de hacha
o piedra afiladora (Iám. 11, A, 4) Y otro de un hacha pequeña, de
ofita «(). pulimentada y cortada a manera de escoplo, como indica
la fig. 4. Este instrumento apareció en la capa inferior del hoyo L,
explorado en Noviembre del año 1918.
El citado arqueólogo don Isidro Ballester. apenas vió los primeros
hallazgos los refirió al período eneolítico, y señaló cerno evidentemente
fcarnpaniformes&los tiestos de la lám. 11, A, I Y 3, que, ornados de
decoración incisa, son también de dicho período de transición a los metales. Asimismo nos advirtió la importancia de estos últimos, por ser
escasos los vestigios campaniformes encontrados- hasta entonces- en
la región valenciana.
Hay indicios de haber existido más hoyos de esta naturaleza en
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los campos inmediatos, y que al roturarlos en otro tiempo debieron
ser destruidos.
Ultimamente recogimos, a flor de tierra y unos 50 metros al Sur
de la estación, el fragmento de piedra moledora que representa la
fig. 2; debió tener forma rectangular, con las dos caras labradas para
el mismo uso. pero que acaso, por el desgaste, llegaría a inutilizarse.
Hemos dejado la descripción del hoyo D para el final, por diferen·
ciarse totalmente de los demás. Está situado en la meseta de la loma;
tiene 1,15 metros de profundidad; no es de forma cilíndrica, como los
demás, sino ventruda, con 1,25 metros en la parte más ancha, y en
el fondo hallamos siete piedras mayores que la cabeza, colocadas en
dos hiladas dispuestas en semicírculo, y en el centro, o sea en la concavidad de las piedras, un cráneo humano que se deshacía al tocarlo
y vari...,s huesos (cañas), que tenemos cuidadosamente guardados; pero
no había ninguna vértebra, ni costilla, ni tampoco alguno de los huesecitos de los pies y manos. Debemos anotar que mientras la tierra de relleno de los demás hoyos es de un gris oscuro, por las cenizas y carbo·
nes que contiene, la de éste es blanca, como la de la loma en que fué
abierto.
Por todo lo expuesto, podemos asegurar que el hombre primitivo
habitó la estación que nos ocupa en la etapa eneolítica.
INDICIOS DE ESTA t:;POCA EN LAS PARTI DAS MANDOlA, CASETA
DEL GENERAL, CAMINO DEL ALFOGÁS, BENIPRI y RENDAGUARA
Del mismo período de transición de la Edad de Piedra a la de los
Metales, hemos encontrado restos en las partidas Beniprí y Rendaguaña, que por aparecer mezclados con los de civilizaciones posteriores,
debiéramos relacionarlos al describir, en su dfa, las expresadas esta·
ciones, pero, para dar unidad a este trabajo, incluiremos aquí los que
de este periodo hemos hallado en las partidas Mandola, Caseta del Ge·
neral, camino del Alfogás, Beniprí y Rendaguaña.
Mandola -Pertenece a MandoJa una vasija esférica de 14 litros
de capacidad, fabricada a mano en barro basto de un centímetro de
grueso, color claro y sin asas, que encontró, en el año 1920, D. Daniel
Soler en tierras de su propiedad (lám. 1, B). Estaba en un hoyo de un
metro de profundidad, abierto en el rtap. (marga blanca), y por el
barro, forma y labor, además de la circunstancia de encontrarse con
ot ros pequeños fragmentos cerámicos (uno de los cuales tenía por asa
el conocido mamelón), evidentement.e eneolíticos, no dudamos en
incluir el depósito entre los de este período.
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5
Caseta del Genera/.-La Caseta del General es un pequeño edificio
enclavado en la partida Alto del Atareó, y 250 metros al Sur de este
edificio descubrimos, en 1921, un hoyo de forma idéntica a los de
AtarGÓ; en él hallamos muchos tiestos rayados por dentro y fuera de
una manera irregular cuyos perfiles damos en la flg. 5 (v. en la
lám. II J, A Y B uno de los ejemplares), y otros lisos, pero todos de
la misma fabricación; varios trozos de pedernal amorfo y un fragmento
de hacha pulimentada.
PRE.HISTORIA DE. BÉLGIDA
Camillo del Alfogás.Los caminos que van a la
Pedrera y al Alfogás dete rminan una faja de terreno
estrecha y combada con una
prominencia en el centro, de
meseta plana y cultivada.
Al Sur de esta meseta, entre Fle. 5. Ptrflles de la (.dmlca de la cuda dt l General
ella yel camino del Alfogás,
hay dos parcelas plantadas de algarrobos, que son las que contienen
los restos eneolíticos que vamos a relacionar. Nadie , que no haga un
reconocimiento tan minucioso del terreno como el que nosotros hemos
tenido necesidad de hacer, podrá sospechar que aquel sitio fuese morada del hombre primitivo; máxime habiendo arbolado en los campos,
que, como sabemos, suelen contener en abundancia escombros procedentes de los derribos
de la población desti·
nadas a abono .
..... 'X ······················"'l· .
Un tiestecito, encono
de los algarrobos, fué
..
del
el principio del descubrimiento. EfectivaEn . 1: loDo
mente: practicadas varias catas, tuvimos el
acierto de t ropezar con
los hoyos marcados en
el croquis de la fig. 6,
de idéntica forma y
dimensiones a los de
Atareó. En ellos en ·
contramos, como allí,
las mismas piedras y
fle. 6. Croq Lll1 del po blado Iftl A lroga
;~'\ Lam~ Al\o~ás
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6
M. JORNET
tierras negruzcas mezcladas con cenizas y carbones, dos fragmentos
de hachas pulimentadas (una de ellas sin acabar lám. 1I , D, 7) , muchos trozos de pedernal amorfo yatro tallado en forma de raspador poligonal, varios de conchas marinas, un fragmento de pulsera de mármol
(lám. I1, D, 6), muchos fragmentos de cerámica negruzca de fractura
brillante y una punta de necha de sílex (pedernal), pequeña, que maravilla cómo aquellas gentes pudieron tallar, con instrumentos rudimentarios, un útil tan delicado con tanta perfección (Jám 111, e). De
-los tiestos hemos recogido principalmente los que presentan algún dibujo, debiendo advertir que éste es siempre lineal e inciso, como en Atareó. No hay más diferencia que, mientras en Atareó la línea o trazo
es continuo, aqu¡ es punteado en algunos ejemplares, pero igualmente
relleno de substancia blanquecina. Hay algunos tiestos (lám. II, D,
3 y 4), seguramente de una misma vasija, que la cara exterior es rojiza y el dibujo algo más pequeño, pero igualmente dispuesto en fajas
horizontales como el que se cita de Atarc6, y que, como aquél, pertenecen a otro vaso campaniforme. Otro de Jos tiestos corresponde
a media cazuela plana, es decir, de poco rondo, tamaño grande (28 centímet ros de diámetro), de barro negro con decoraci6n por dentro y
fuera en el borde, y solo por fuera, en el vientre (Hg. 7, 1 Y lám. 111.
D). Son también de esta estaci6n los tiestos de la lám. 11, D, I Y 5.
Este último presenta como adorno un picado hecho con instrumento
triangular.
I
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del AlIQIIts
Fil. 8. Srccl6n del clIenco hallado en Brnlpri
Benipri -Un reconocimiento practicado en la partida Beniprí,
nos proporcion6 un cuchillo o raspador de pedernal, y entre otros.
doce tiestos de una misma vasija, que por el dibujo, calidad del barro
y factura son característicos del período eneolítico (lám. 11 , A, 2).
Dichos tiestos pertenecen a un hermoso cuenco de 36 centímetros de
diámetro (Hg. 8); ninguno de ellos nos muestra el dibujo completo de
la vasija, ni son tampoco todos contiguos, pero el que cada fragmento presente algo del anterior y parte del siguiente, nos ha permitido
reconstruir toda la composici6n artística de la misma, como puede
verse en la lám. 111, E; en el sitio en que aparecieron, que por cierto
está en el limite de dos estaciones (ibérica la una e ibero-romana la
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•
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PREHISTOR IA DE BÉI.O IOA
1
otra), excavamos un cuadrado de diez metros de lado por 0,50 de profundidad, sin poder formar juicio alguno; las labores agrícolas borraron toda huella: únicamente tropezamos, en el fondo de la excavación, con un lecho de piedras sueltas y desiguales, que por entonces
respetamos
Rendaguaña.-En la partida Rendaguaña, lado izquierdo del camino que va a Bufalit, aparecieron en 1915, al
roturar uno de Jos campos, muchos carbones,
cenizas, piedras ca lci nadas y varios fragmentos
de cerámica negra idéntica a la de esta clase
descrita anteriormente, sin decoración alguna;
"
solamente uno de los tiestos, que pertenece a
un cuenco de regulares dimensiones, presenta
unas muescas o incisiones t ransversales reguFI,. 9. Perilla de l.
larmente dispuestas en el borde. Los fragmentos
acusan, además de la forma de cuenco dicha, cer'mlc:l d. Ren'IIIU.n.
el perrilligeramente caliciforme que también se da en el At:ucó (Hg. 4).
En la Hg, 9 inclurmos los perfiles de la Rendaguaña.
).
OTROS HAI.LAZGOS
Hemos hallado la morada del hombre eneolítico en la localidad,
documento importantísimo para la historia primitiva de nuestra pequeña patria. De su paso por la misma teníamos conocimiento, ha
mucho tiempo, por las hachas recogidas en distintas ocasiones, y aunque se citan algunas en otro lugar, haremos aquí, de todas, breve
relación
A tierras de Bélgida corresponden las hachas de ofita (?) que tenemos de Pibaztan y camino de [a Pedrera, otra de las ruinas del palacio
del marqués, una más de la casa núm. 21 de la calle de la Nevera
(Iám. 11 , B), otra de la 29 de la calle Nueva (lám. 11, C), otra de Atareó (Iám. 1, C) y varios fragmentos, de la misma clase. de las partidas
Veto (Iám. 11, A), Bardal, Atareó, Alto del Atareó y camino del Alfogás. sin contar algunos fragmentos de objetos pulimentados de la
misma procedencia.
Pero el más bello ejemplar en hachas de este período. 10 debemos
a nuestro querido amigo D. Vicente R. Sebadilla; apareció en tierras
de su propiedad. de la partida Fasicampo, en Marzo de 1916. Es un
hacha pequeña, cuidadosamente fabricada; su labor constituye un hermoso ejemplo de paciencia y habilidad.
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8
M. } ORNET
CRONQLOGIA
Si examinamos con detención los yacimientos de Bélgida, correspon dientes a l período eneolítico, y los comparamos con los de la misma etapa de los alrededores de Madrid (Las Carolinas y Ciempozuelos), veremos que, con la sola diferencia de no aparecer metal alguno
en Bélgida, unos y otros son análogos. Allí, como aquí, se encuentran
los mismos hoyos con cenizas, carbones, huesos de animales, fragmentos de hachas pulimentadas. sílex amorfos y sílex retocados, cerámica de barro negro, fabricada a mano, tosca, con mamelones y sin
decoración a lguna, y fina, de varias formas, con ornamentación incisa
y lineal incrustada de pasta blanca. De ser contemporáneos. debemos
asignar a los primeros belgidenses, cuya huella nos es conocida, una
antigiledad que no debe bajar de los 2000 años antes de J. C., toda
vez que en esta fecha acaba, para Europa. la Edad de la Piedra pulimentada (Incluso la del Cobre) y comienza la del Bronce (1).
EL ELIPSOI DE DE LA Z ALEMA
De propio intento hemos dejado para el final de los hallazgos prehistóricos ocuparnos del descubrimiento de un objeto que, por las
condiciones del terreno en que lo encontramos, debe, a nuestro juicio,
haberlo fabricado el hombre en época muy remota.
Las avenidas del barranco del Pleit han abierto, a fuena de siglos,
un tajo profundo en el manchón holoceno de la Zalema y los labradores, para el mejor aprovechamiento de aquellos ribazos, tuvieron
que empezar por trazar sendas y contener por medio de malecones
las tierras. Al cortar, antaño, el aluvión para formar una de estas
sendas (la inmediata al llamado garrojer de la Granoto) , quedó al
descubierto una piedra que, por el color, pulimento y forma geométrica, nos llamó la atención en uno de los muchos reconocimientos
que con fines distintos hemos tenido que hacer por allí. Dicha piedra
(Iám. 1, C), que es uneUpsolde de sílex, mide en los tres ejesO,114,0,080
y 0.065 metros, respectivamente, y estaba a 3,50 metros de profundidad, debiendo advertir que el aluvión presenta allí, a la vista, unos
JO metros de espesor y no ha sido removida desde su origen la estratificación. El zapapico, probablemente, debió hacerle saltar el trozo
( 1) J. PIlIREZ DE BARRADAS. Articulo publicado en la R~ista de fa Bibliotlea
Auh¡vo y MuslQ dllf Ayuntamitnto d, M(ldrid. Año lit. Enero, 1926. Núm. IX.
Huao OBE!RMA1ER: El hombre fósil. Memoria de la Comisión de Inve:¡tlgaclo.
nes Paleontol6gicas y Prehist6rlcas. Núm. 9, 2.- edicl6n, página 401.
-9B-
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PREHISTORIA. DE BÉLGICA.
que resaltaba del margen, equivalente a un cuarto de la pieza, causándole una sección oblicua al eje mayor.
Pué dicha piedra evidentemente labrada por el hombre prehistórico; lo creemos así, por la forma geométrica y porque no pudo adquirir. rodando en espacio tan corto (1) . un pulimento tan acabado
mientras las demás son todas ásperas, angulosas y de distinta naturaleza . Su remota antigüedad la acredita el nivel geológico de la 7~
lema. Se trata de un aluvión antiguo. formado. sí, bastante después
de la desecación del valle, pero sobre él no pudieron colocarse nuevos
materiales, por la disposición del terreno, en un lapso de tiempo grande de entonces a hoy. El elipsoide de que hablamos es contemporáneo
de la formación, que suponemos del período Gholoceno~ sin otra razón,
por ahora, que la del útil encontrado.
RESUMEN DE LOS OBJETOS ENEOLITICOS HALLADOS EN Bt!L(ilDA
Numerosos fragmentos de cerámica negra, brillante. perteneciente
a vasos de diferentes forma y tamaño, sin adorno alguno.
Otros, de la misma clase, con decoración incisa y lineal, de trazo
continuo en unos y punteado en otros, representando figuras geométricas.
Otros, rayados por dentro y fuera de manera irregular.
Otro, que presenta como adorno un picado hecho con instrumento
triangular.
Otro, con incisiones transversales en el borde.
Una vasija esférica de 14 litros de capacidad.
Gran parte de una cazuela plana con decorado Inciso punteado.
Hachas y fragmentos de hachas, pulimentadas.
Cuchillos y raspadores de pedernal.
Numerosos trozos de pedernal amorfo .
Una punta de flecha de sílex (pedernal).
Un fragmento de pulsera de mármol.
Piedras moledoras.
Una piedra-quicio (?).
Un elipsoide de sílex.
Un cráneo humano y algunos huesos más de la misma especie.
Con los objetos anteriores hemos hallado dientes de ciervo (a
nuestro parecer), conchas marinas completas e incompleta~. huesos de
animales distintos, ceniz.:ls, carbone~ y piedras y losetas calcinadas
( 1) Desde la divisoria de aguas al punto de hallazgo apenas hay
recorrido de 2.000 metros.
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D. CtrAmlca y obJelol del Camino del AIToglls y urAmlta !núm. 8), de 1, Cueta del lelleral,
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[page-n-104]