Un segle d’arqueologia valenciana
1991
Guia didàctica
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1.
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
1
-1.
LA CONSERVACiÓN DEL PATRIMONIO
ARQUEOLÓGICO
1-2.
EL MÉTODO ARQUEOLÓGICO
1-3.
EL SERVICIO DE INVESTIGACiÓN
PREHISTÓRICA
1-4.
LAS EXCAVACIONES DEL SERVICIO
DE INVESTIGACiÓN PREHISTÓRICA
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1
MUSEU DE PREHISTORIA
DIPUTA CIÓ DE VALÉNCIA
UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LA CONSERVACiÓN
DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
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los,,¡¡cml e'lIos arq lJl!ologl cos va en(A¡
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El patrimon io cu ltural esta con stitui do por todas aque ll as
man ifestaciones propias de una soc iedad que reflejan su persona lidad co lectiva y su de sarrollo histórico, De él form an
pa rt e los yac imientos arqueo log lcos que constituyen un legado
de gran Importancia. en especi al de aq uell as sociedade s que
no nos dejaro n documentos escntos. pues a (raves de la cultura material y los restos de sus lugares de habltaclon podemos
conocer las características del med io ambiente. los compo rtamientos soci o-económ iCOS y los cond iCionam ientos Ideolog icos
de nu est ros antep asados.
El patri monio arqueo log lco val enCi ano debe ser preservado
y proteg ido de quienes, con afa n de lucro o de un coleccl onlsmo mal Interpretado. saquea n indiSCrimin ada mente nu est ros
yaci mi entos, As imismo. las grandes obras pub licas, Inherentes
al crecimi ento urbano y las grande s tran sf orma Ci ones agrar ias
deben ser compat ibles con el respeto a los vest igio s arqueologlc os.
O e le r mln aClO ~ elemen10s,¡rqUI!e..;IOfI.COS
oe un y¡¡cm lll!'ltO oeb-l!!1 ser trat¡¡(lOS J)Or
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MUSEU DE PREHISTORIA
DIPUTA CIÓ DE VALENCIA
UN SEGLE D'ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LOS USOS DEL FUEGO
Lámpara de piedra caliza con cazoleta
cóncava y mango.
El fuego marca un gran avance en el desarrollo de la humanidad. No sólo permite un hábitat más confortable sino que
posibilita la aparición de una larga serie de mejoras técnicas.
Proporciona con su calor una mayor comodidad al espacio
habitado y facilita la defensa del grupo frente a alimañas nocturnas.
La iluminación mediante la utilización de lámparas de piedra, en las que arde una mecha sujeta a grasa animal, o de
antorchas de madera resinosa, permite una mayor movilidad al
hombre, condición previa a la exploración de las cuevas y a la
ejecución de las primeras obras de arte parietal.
Punta soIutrense.
Cueva del ParpalJó. de Gandia.
Calenlamienlo de un nOcleo de sile~ para la posterior elaboraClÓfl de utiles.
Bastón perforado sobre hueso.
Cueva del Volean del Faro, de CUllera.
Bastón perforado utilizado para enderezar al fuego las azagayas.
La cocción de alimentos, junto al papel desempeñada
como fuente de calor y de luz, se encuentra entre las primeras
ventajas de la utilización del fuego, práctica asimilada rápida·
mente por los hombres del Paleolitico tras observar que la car·
ne calcinada era más sabrosa que cruda. La dispersión de
huesos y conchas en torno a los hogares es prueba de esta
actividad, aunque la preparación de alimentos apenas deja
huellas erl el registro arqueológico. No obstante, se puede suponer que algunos alimAntos como los moluscos y vegetales
se consumían crudos y que la cocción de otros se realizaba en
las brasas, o directamente sobre el fuego en el caso de carnes
y mediante el calentamiento de piedras en el caso de los Ií·
quidos.
El uso del fuego se aplica también en la obtención del
ocre, calentando a 2500 la limonita amarilla, que con este tra·
tamiento se vuelve roja. El ocre es un colorante utilizado
frecuentemente desde el Paleolítico Inferior en las paredes,
pieles, objetos de adorno, diferentes útiles y como pintura cor·
poral.
La talla de las piedras es otra de las diferentes actividades
técnicas que se realizan en torno al hogar y con la ayuda del
fuego. El calentamiento de la materia prima, sílex, permite una
mejor fractura de los bloques, la adecuada manipulación de los
núcleos y la obtención de retoques más delicados. Los útiles
ganan en elasticidad y brillo, como en el caso de las bellas
puntas solutrenses.
La madera y el hueso se calientan al fuego para hacerlos
más maleables a la hora de fabricar armas y útiles. Las azaga·
vas y varillas de asta pueden enderezarse, después de ser
sometidas al fuego, con la ayuda de bastones perforados.
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DIPUTACIÓ DE VAL ÉNCIA
UN SEGLE D'ARQUEOLOGIA VALENCIANA
ARTE PALEOLíTICO
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Cova Fosca. de la Val! d'Ebo. Pnmer san·
tuario parietal localizado en nuestras
tierras que confirma la existenci a de vinculas entre la región mediterránea y las
restant" áreas de Europa OCCidental. La
ausencia de restos parietales vaiencianos
anteriores a este descubrimiento podría
deberse lan sólo a condicionamientos
geológicos del paisaje valenciano
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I
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A finales del Paleolítico Medio algunas líneas o trazos grabados sobre huesos muestran un estadio prefigurativo del arte.
Pero es durante el Paleolítico Superior, en torno al 30.000
antes del presente, cuando las primeras manifestaciones artísticas nos sitúan ante el testimonio de la gran capacidad de
abstracción del hombre prehistórico.
Los grandes conjuntos de arte rupestre deben entenderse
como santuarios donde la iconografía utilizada, con una ordenación preconcebida de las especies y signos, nos remite a la
complejidad del pensamiento prehistórico.
El hombre primitivo representaba las figuras o símbolos
mediante el dibujo silueteado de las formas, el cual podría
estar caracterizado o rellenado interiormente. Estas representaciones se conseg uían mediante dos técnicas diferentes: la
pintura y el grabado, Para la primera de ellas se empleaban
colorantes naturales tales como ocre, óxido de manganeso,
hierro y sangre, que eran triturados y mezclados con aglutinantes como leche, claras de huevos o grasas animales, aplicándose con «pinceles » de plumas, mechones de pelo o fibras
vegetales. Para el grabado se utilizaban lascas y buriles de
sílex.
En el arte prehistórico valenciano podemos distinguir entre
el arte parietal, conservado en las paredes de las cuevas, y el
arte mueble que aparece sobre diferentes objetos de la cultura
material de la época: azagayas, alisadores, huesos y placas
de piedra.
Dentro del arte mueble, la Cava del Parpalló de Gandía
constituye un punto de referencia fundamenta l. En ella han
aparecido cerca de cinco mil plaquetas gr~badas y pintadas,
un centenar de huesos decorados, además de una industria litica completa y bien estudiada del Paleolítico Superior. En
estas plaquetas los animales son los motivos más frecuentes.
Algunos detalles, como el pelaje, la cabeza, las orejas, la cornamenta, permiten la identificación de diferentes especies: bóvidos, cérvidos, équidos y cápridos. Junto a estos temas naturalistas aparecen signos abstractos: puntuaciones, reticu lados,
rectangulos y serpentiformes, interpretados como símbolos
mágicos o sexuales, o incluso abstracciones de los temas zoomorfos.
Otros conjuntos valencianos de arte mueble proceden de la
Cova de les Mallaetes de Barx, la Cava Matutano de Vilafamés, la Cova del Barranc de l'lnfern de Fleix, el Tossal de la
Roca de la Vall d'Alcala y la Cava de les Cendres de Teu lada,
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CAva del Parpal!ó. de Gandia.
Los hallazgos de arte moebIe en "te yac;¡..
miento permiten una datad6!1 absoluta al
encontr81$8 en niYeIes arqoeol6gicos bien
datados. Asimismo, !W importante cantidad
posi)ilila establece!' la evoI>..d6n estiIlstica
desde el Grtwetiense hasta el MaQd81eo1eoM.
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repetí!.
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AIUar de enl erramlento compuesto por ce ramlc a Campaniforme y 1 elementos a ella aso·
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Ciados puntas de Palmela, punales de lengueta y punzones de cobre. botones de hueso
con perloraClon en,·v " brazaletes de arquero de pIedra puntas de Ilech.. y noJas de Slle...
elementos de adorno como cuentas de colia', conch as perforadas y aretes melal,cos
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La Munlanya Assolada ( AI~lIa l Enterra ·
Ill,enlo en el,nteno, del poblado en ulla
peqlJella losa y Sin all'll1
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UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LOS PRIMEROS POBLADOS,
DEL ENEOLíTICO A LA EDAD DEL BRONCE
Con el desarrollo de la agricu ltura y la ganadería se generaliza la vida sedentaria. Las comunidades cam pesinas levantarán sus poblados en las inmediaciones de las tierras de
labor, mientras que la ocu pación de las cuevas perdera importancia. reduciéndose a una frecuentación ocasional, a refugio
de pastores y ganados y. sobre todo, a lugar de enterramien tos desde los momentos finales del Neolítico.
Se conoce muy poco de los poblados más antiguos, como
la Casa de Lara. de Villena, dadas las dificultades que entraña
su localización en las tierras bajas, tradicionalmente objeto de
profundas transformaciones. Desde finales del Neolítico, las
cabañas se construyen con barro y ramaje: su fragilidad hace
que de ellas sólo queden unos hoyos excavados en el suelo, o
en sus prox imidades algunos agujeros. como silos, destin ados
a guardar el fruto de las cosechas. como en Les Jovades. de
Cocentaina. y será también, a partir de estos momentos. en
los inicios del tercer mil enio antes de Cristo. cuando aparecerán las primeras construcciones con zócalo de piedra y planta
rectangular que vemos en el pOblado de la Erela del Pedrega l,
de Navarrés.
M~a
Alta de 5efelles. AIOO! ExcavacIOnes realizadas el año 1927
En la segunda mitad del tercer milenio antes de Cristo, las
construcciones de piedra se generalizan y los poblados ofrecen recintos amurallados tanto en el caso de los que se asientan en tierras bajas, la Ereta del Pedregal, como en aquellos
otros de lugares elevados, caso del Puntal sobre la Rambla
Castellarda, de U iria. y de Les Moreres. de Crevillent.
Diversas constrUCCiones de habitaclon y aterrazamlento en poblados de la Edad del Bron·
ce Muntanya Asso lada (AI Zlral
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Esta ubicación en lugares elevados será general en los poblados de la Edad del Bronce del segundo milenio. Aterrazamientas, gruesas murallas, adecuación a la topografia de las
cum bres, permiten hablar de un prim er urbanismo que, por lo
general, distribuye los departamentos a ambos lados de una
calle. Los muros de piedra y barro son enlucidos con esmero y
soportan las vigas sobre las que ramas y barro forman el techo. En el interior de estas habitaciones se disponen hornos,
hogares, telares, soportes y bancos vasa res.
Los poblados argancos como el Cabezo
Resentan un mayor tamaño y complelldad
urba nisllca. Cabezo Ae
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Fosas y SIlos excavados en el suelo de Les Jovades (Cocentama¡ Poblado eneolollco del
111 milenIO a C
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UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LA EXPLOTACiÓN DEL TERRITORIO
Y LA ALIMENTACiÓN
ReconstrVOClÓfl de una habllaClOn en la
que se Ilustran dIversas áreas de actlVl·
dad · almacenaje. moll8flda de cere ales V
horno domestico
La agricu ltura y la ganadería determinan el quehacer diario
y el ritmo anual de la actividad de los poblados de la Edad del
Bron ce que ahora se encuentran dispersos y en gran número
por toda nuestra geograf ía. Todo indica que es una época de
notab le creci miento demográfico en la que se roturarán y pondrán en cultivo nuevos y extensos territorios.
El cu ltivo excl usivo de los cereales, trigo y cebada, se diversifica con la in troducción de las leguminosas. Las hoces
con mangos de madera y dientes de sílex. los molinos de
mano. las hachas y azuela s de piedra pu lida, hablan de aquellas tareas de roturaci ón, preparación y cuidado de los cam pos. reco lecci ón de las cosechas, almacenamiento y preparación de los alimentos para su consumo. Es probable que
durante la Edad del Bronce se utilice ya un primitivo arado de
reja vertical tirado por bueyes. y también hay constancia del
aprovech am iento de frutos si lvestres, como las aceitunas o las
be llotas. cuyos restos carbon izados se conocen en muchos
casos.
Los princi pales animales domésticos son las cabras y las
ovejas, a las que se suman cerdos, perros y vacas. De ellos,
seg ún los casos, se aprovecha la carne, la leche, la piel y tal
vez la fuerza del buey para carga y tiro. La caza del ciervo
ocupa un lugar destacado en muchos poblados, no sólo como
actividad capaz de co ntribu ir al suministro de carne, pieles o
astas. sino tambié n como protección necesaria de los campos
cultivados frente a los herbívoros silvestres.
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Las grandes estructuras de habitación excavadas en los últimos años ilustran muchas de estas actividades cotidianas y
sugieren que existió una distribución de las mismas en el interior del poblado y en el de las casas. Zonas de almacén con
grandes tinajas para contener el cereal, espacios dedicados a
la molienda de cereales con las piezas de molino bien calzadas en el suelo o· sobre plintos de barro, hogares y hornos que
concentran los hallazgos de ollas y cazuelas empleadas para
la preparación de la comida, o grandes piezas de barro utilizadas como pesos de telar, son ejemplo de ello.
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C&feales V dIentes de hoz de sllex está n presentes en numerosos poblados va lenCI anos
Hoz de Mas de Menenle (AIeoI)
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El a jua r domestICO en los poblaoos de la Edad del Bronce esta compuesto lundamental·
mente por recIPIen teS cerámICOS orza s. ollas. cazuelas. cuencos. queseras V vasos geml·
""do""
!
Liorna de BeI~ 1 (Palemal
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[page-n-25]
V.
CULTURA IBÉRICA
V-20.
RELACIONES CON EL MUNDO
MEDITERRÁNEO
V-21.
UNA SOCIEDAD JERARQUIZADA
V-22.
CIUDADES, ALDEAS Y FORTINES
V-23.
LA VIDA DOMÉSTICA
V-24.
TRABAJOS DEL CAMPO y OFICIOS
V-25.
EL MUNDO RELIGIOSO
V-26.
LA PRIMERA ESCRITURA Y LA NUMISMÁTICA
[page-n-26]
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RELACIONES CON EL MUNDO MEDITERRÁNEO
La pen ínsula Ibérica atrajo siempre a comercia ntes y colonos del Mediterráneo occidental en busca de metales y, en
menor medida, productos agricolas y otras materias primas. La
instalación. a partir del siglo VII I a. C. de las factarias fenicias
de Cádiz, Málaga. o Almuñécar en la costa andaluza y. en torno al 600 a. C., de las colonias griegas de Ampurias y Rosas
en la costa catalana, fue un factor determinante en el proceso
de aculturación del substrato ind igena peninsular que, poco a
poco, va asimil ando las influencias y aportes externos hasta
dar lugar. en el siglo VI a. C. a la denominada Cultura Ibérica.
A estos pueblos mediterráneos se debe el conocimiento del
torno de alfarero, la escritura. el trabajo del hierro, un urbanismo com plejo y el empleo del adobe, el cultivo de la vid y del
olivo. nuevas creencias religiosas así como el gusto por la escultura y otras manifestaciones artísticas.
En tierras valencianas los primeros contactos comerciales,
ánforas y tinajas de origen fenicio, se documentan desde
fechas muy tempranas, a finales de los siglos VII I y VI I a. C..
en los yacimi entos de Los Saladares de Orihuela. Penya Negra de Crevillent, Los Vi lla res de Caudete de las Fuentes o en
Vinarragell de Burriana.
Cargamento de antoras de una nave mercante romana
,
Metropoli. y colon!.. fenlclal.
Metrópoli. y colonilll grleglll.
Mapa del Medltenaneo oor3nTe los siglos VIII al VI a C
La presenci a en nuestro litora l durante toda la etapa ibérica
de ánforas fen icias. griegas, etruscas, púnicas e itá licas revelan la importancia del comercio de productos envasados, como
el vino y el aceite, con todo el mundo mediterráneo. Los iberos
practicaban un comercio de intercambio entre sus materias primas, en especial metales. y productos manufacturados como
tejidos, armamento y salazones a cambio de productos exóticos como las vajillas de lujo áticas y helenísticas : objetos de
adorno y aseo personal como los collares púnicos de pasta vítrea : perfumes y aceites envasados en ungüentarios.
Tras la conquista romana en el año 218 a. C. hasta el cambio de era, el area ibérica quedó bajo la influencia romana
viéndose ésta reflejada en los gustos itálicos, como es la vajilla
de mesa denominada campan iense. as í como en las costumbres, epigrafía latina, urbanismo e instituciones.
Krllltt"l de 11 P oot. d'Orieyt. Va/1 dlJixo.
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Cabeza de pasta vltrea punTea
Coval1a. en Albaldll
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Kylix ático de liQurlls rojas
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UN SEGLE D'ARQUEOLOGIA VALENCIANA
UNA SOCIEDAD JERARQUIZADA
Los autores clásicos describen a los iberos como los pueblos que habitan la costa mediterránea peninsular, desde Andalucía hasta el sur de Francia, durante los siglos VI al I a. C.
Su forma de gobierno es la monarquía donde el rey, o regulus,
rodeado de su séquito de consejeros, guerreros y sacerdotes,
reina sobre pequeños territorios o estados locales. El nombre
de alguno de estos personajes, así como el área que gobernaban. ha llegado hasta nosotros: Culchas, rey de Carmona (Sevilla), llegó a dominar más de 24 ciudades : en la Edetania, el
rey Edecón, en torno al año 220 a. C., gobierna desde la
ciudad de Edeta/U iria un amplio territorio defendido por fortines. sin que se conozca el nombre de ninguna de las aldeas o
pueblos sometidos a su autoridad.
Se conocen también, a través de las fuentes clasicas, algu nos aspectos de la vida de los iberos. Se les cita como mercenarios en los ejércitos extranjeros, se alaban sus dotes bélicas
y su tactica de lucha, armados con escudos, falcatas y jabalinas practicando a menudo el pillaje.
La figura del guerrero es la mas representada en la pintura
y estatuaria siendo símbolo de prestigio la posesión de un caballo, como lo demuestra la presencia de bocados y atalajes
de este animal formando parte del ajuar funerario del guerrero
difunto.
Jinete de bronce armado con lalcata.
cae/rB y casco de gran penacho. Bastida
de les AJcuse s de Moixenl. Siglo IV a C
Detalle de guerrero con armadura me tal l'
ca eqUipado con sollferreum y escudo
alargado o sculum Toss.1 de Sanl MI'
quel de Lliros Siglos IU·U a C
En cuanto a las mujeres, no ejercen un poder polítiCO o militar, aunque numerosas esculturas, como las damas de Elx y
de Guardamar, señalan su importancia social en el campo rel igioso y en la transmisión del linaje y el poder. Así, las ricas
tumbas femeninas guardan ajuares de dama de alto status social pertenecientes, sin duda, a familias pudientes de propietarios o comerciantes.
En las grandes poblaciones se concentraban, ademas de
las clases dominantes y notables, los comerciantes, artesanos
y mercaderes, mientras que la población rural se componía basicamente de campesinos y pastores. No faltaban, entre las
clases inferiores, los prisioneros de guerra. esclavos y siervos.
Indumentaria de guerrero: 1. Casco de bronce. 2. Cae/ra. 3. Falcata. 4. Lanza. 5. Cinturon de cu ero y bfoche de bronce. 6. Túntea corta. 7. Sanda~as. 8. Clipeo pectOral sujeto
con correas 9. Grebas o espinilleras
Indumentaria de gran dama : 1. Enaguas 2. TuntCa ceñida a la cmtura 3. Velo lar90 que
cubre la cabeza 4. Manto su¡elo con llDula. S. Colla y diadema. 6. Collares y larques
7. Pendientes e I(Ilutas lalerales 8. Babuchas
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UN SEGLE D'ARQUEOLOGIA VALENCIANA
CIUDADES, ALDEAS Y FORTINES
Con la Cultura Ibérica cambia la configuración del hábitat
de las etapas precedentes y la estructuración del poblamiento.
Por primera vez en nuestras tierras se puede hablar de verda·
deras ciudades que controlan política y económicamente un
territorio en donde se asientan otros núcleos de población dependientes de aquéllas de carácter preferentemente agrícola
como las aldeas y caseríos. Este territorio aparece defendido
por fortines, dispuestos en puntos estratégicos, que aseguran
la vigilancia de las fronteras.
La mayoría de los poblados, ya estén situados en llano o
en al los cerros, se rodean de murallas provistas de torres de
vigilancia, bastiones y puertas bien defendidas. En otros
casos, la muralla, más que un elemento defensivo, es un simple lienzo que cierra el espacio habitado, al cual se adosan las
viviendas.
• CIUdad
o aldeas
• caseflO$
.. tortillas V atalavas
PoblamIento en torno a la CIudad de Edeta/lhna durante los soglos IV al 11 8.
El Puig de la Nau.
Ca51ellel de Bemabt, Llirill.
En su interior, el urbanismo se organiza en función de la
topografía y extensión del área a constru ir. Cuando el espacio
es amplio y con poca pendiente se edifican grandes viviendas
compartimentadas que dan acceso a anchas call es enripiadas
como en Los Villares de Caudete de las Fuentes, el Oral de
Sant Fulgenci o la Seña de Villar del Arzobispo. En los poblados, tipo Sant Miquel de Ll íria o la Serreta de Alcoi, situados
en las laderas de fuerte pendiente, se utiliza el sistema de aterrazamiento con estrechas callejuelas y viviendas adosadas,
dispuestas a lo largo de las curvas de nivel y escalonadas. En
los asentamientos más pequeños, caseríos y atalayas, el reducido espacio condiciona el trazado, siendo la solución más
frecuente el poblado de calle central con vivi endas de dos
plantas dispuestas a ambos lados de la calle. El medio físico
impone no sólo los criterios y módulos urbanísticos sino los
propios materiales de construcción como la piedra, madera y
barro que se obtienen a pie de obra.
e
en B&nicarló
I~
Puntal deIs Uops. en OIocau
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1
la Bastida de les Alcuses de Moillent
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UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LA VIDA DOMÉSTICA
Las casas ibéricas se construyen de adobe sobre basa mento de piedra, enluciéndose todo ello con morteros de tierra
y acabados de cal a veces policromos. Los techos, de tenden ci a plana a modo de terraza, consistían en una gruesa ca pa
de tierra sostenida por un entrevigado de maderos y cañizo.
La presencia de escaleras de piedra en algunas fachadas de
las viviendas indica la utilización de una primera planta o terraza habitable. Las entradas están provistas de puertas de madera con cerradura para llaves de hierro, mientras que desconocemos el sistema de iluminación y ventilación, aunque sin
duda existían ventanas y ventanucos en las parede s de adobe.
La Sella, Vi~ del Arzobispo Reconstrucción del habitat
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La molienda ce cereales se re alizaba manualmente con molinos rOlall10S compuestos poi'
dos piezas Circulares La dlsposlCIOn de algunos de eSlos molinos sobre un alto basamenlO de pu~dra y rodeado de un canal con rebosadero IndICa que se ullhzaban tambren para
prensar ace"unas y aSI obtener acelle
lIayes lberlcas de hIerro y reconslruCClOll de una cerradura Puntal deis Uops de Olocau
Caslellel de Bernabe de Lto fla y el Xarpolar de Belglda
La vivienda es el espacio fam iliar en donde se realizan
múltiples actividades no sólo relacionadas con trabajos artesanales y preparación de alimentos, sino también con otros aspectos cotidianos de carácter lúdico, religioso o soci al. En los
grandes poblados, como la Bastida de les Atcuses de Moixenl
o Los Villa res de Caudete de las Fuentes, la casa, de una sola
planta, se compartimenta en varias habitaciones: la zona de
estar o espacio colectivo es la estancia mas amplia y ocupa un
lugar preferente. En él se disponen las areas destinadas a los
trabajos artesanales Icomo el tej ido, hil ado, cestería ; rincones
donde se instalan, a modo de despensa, las tinajas y antoras
de uso diario; bancos adosados a las paredes donde se coloca
la vajilla, ollas y otros enseres domésticos: finalmente, el hogar
puede situarse en el centro de la habitación o desplazado. El
resto de departamentos se destinan a lugares de reposo, almacenes o molienda de los cereales.
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Las mujeres lejían sobre l~a r" y8f1ica1es de madera de 105 que sólo se han conseQuel Ulna
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Las lumbas pueden se, sImples hoyos excavados en trerra donde se coloca la uu;a. como
en el Crg arraleJO de MurCIa. lumul05 cuadrados de pIedra como los de la necropohs de
Cabez o Lucero. en Guardamar del SegUfa: pllares-eslela como el de MonlOf1e del CId. o
monumentos lurnlOfJT18S como el de Pozo Moro en Albacele. el de Horta MaJOr. en AlcOi. y
P,no Hermoso, en OJlhuela
La escultura también permite acercarse a la espiritual idad
ibérica. Animales fantasticos y mitológicos, como el grifo de
I' Alcu dia de Elx, las esfinges de Agost y de Elx, y las sirenas
del Corra l de Saus de Moixent, evocan idea s de ultratumba :
leones y toros aparecen formando parte de los monumentos
funerarios. En cuanto a las representaciones humanas. destacan las figuras de oferentes. divinidades y guerreros co. o la
m
Dama de Elx y la de Guardamar del Segura, y los conjuntos
funerarios escultóricos de Elx y del Corral de Saus.
El area de expansión de la escu ltura en piedra se reduce al
sur de la provincia de Valencia y de Alicante.
Damlta s que lormaban parte de un gran
monumenlo lunerarro SIglo IV a C Coual de Saus MOlxent
Los lugares de culto en el mundo ibérico son muy variados.
lo que indica la complejidad de su mundo religioso. Los gran des santuarios son lugares de peregrinación donde los fieles
depositan suS ofrendas. como el de la Serreta de Alco i conOCIdo por la gran cantidad de exvotos de terracota en él hallados.
Las cuevas santuario. donde se encuentran numerosos recIpientes para libaciones. gozan de gran tradición como lugares
sagrados. Finalmente. los templos de la IIleta deis Banyets de
Gampello, el de la Escudilla de Zucalna o el del Tossa l de
Sant Miquel de Ll íria son recintos sacros con altares. betdos y
numerosas ofrendas.
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UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LA PRIMERA ESCRITURA Y LA NUMISMÁTICA
La lengua Iber lca es premdoeuropea y se inscribe dentro
de la unidad li ngu istic a med lterranea. lo que Justif icar ía Ci erta s
sem ej anzas y un pare nte sco comun con el bereber, el sardo.
el etrusco o el va sco. esta ultima. la única lengua pen insu lar
pre lndoeuro pea
Los signos de la esc ritura Ibé ric a procede n del Medll erraneo or ient al, pe ro acop lad os a los valores fonét icos prop ios de
la leng ua Ibenca. resultando. por tanto. un alf abeto original. El
de sconOCi miento de la lengua Ibe ra Impide que se puedan tradUCir los textos. au nque ya se conocen relaciones de nombres
pro pios. marcas de alf areros. signos de propiedad y cuentas
ad ministrativas
Estos documentos aparecen. en tierras valenCianas. escri tos en tres alf abetos di st intos: el alfa beto meridional Que ocu pa
la pa rte orlent at de Andalucl a. las tierras de Alba cete. MurCia y
el te rritoriO valenCiano de la Contestanla : el alfabeto oriental.
Que se ex ti ende po r toda la costa est e pe ninsular. y el alfabeto
lonlco Que se limita a la comarca de Alc ol y pa rte de la costa
alic an tin a
La fu ente de mformaclon mas Importa nt e. la proporcionan
lo s plomos esc ri to s. debido a la gran cantidad de signos Que. a
vec es. aparecen en sus do s caras. En la actua li dad. se han
documenta do 38 plomo s entre los Que destaca n la s serie s
apareci das en yaci mien tos como La Serreta. en Al col: la Pun ta
de Orley l. en Va ll d'Ulxo : Los Villares. en Caudete de las
Fuent es: la Bastida de le s Alcuses. de MOlxe nt. o el PICO de
los AJ
OS. en Yatova
Otros textos Ibe rlcos apare cen tamblen en sopo rtes de piedra. cera mlca. bronc e y hueso Entre ell os destacan el Importante conjunto de InSCri pCiones sobre pied ra de Sagunt y la
Interesante colecclo n de letrero s IbériCOS sobre la cera mica del
Tossal de Sant MIQuel de Li ma.
V no del TO
$u l oe Sanl M !QVe1 con InSCflpCtOll otI."ca Gudu. ollsde.
"lomo de PICO de lo:. A,os Itscr.to por ¡¡moas ':'¡lr ól S. es ól Cl u¡¡,lnltnte e olomo m ól S exte r
so ;Ioearec do er tierr as v ale rcl lllr ca s
La uti li za ción de leyendas ibéri cas en la s monedas ha Sido
una de las cl aves Que ha perm itido la lectu ra de la lengua ibéric a. ya Que se identifican. desde el Si glo XVI. alguno s sig nos
relacionándo los co n los nombre s de la s Ciu dade s em is ora s de
monedas
Aunque la aparic ión de las prim eras moneda s en la pe nínsula Iberlca puede remon tarse a fmales del siglo V a. C.. en
tierra s valenci anas, los ta ll eres monetale s. como Arse (Sag unt)
y Sal!1 (Xatlva ). acuñan monedas de plata ant es de la 11 Guerra
p unica. acontecimi ento Que pro mu eve Que otros centros acuñen em iSiones de bronce. como suced e con la s cecas valenci anas de Kelm y Kili.
Estela de Slnarcas
1
f
Vaso del Tossal de Sanl M¡queI con IflScripciones ibéricas
Monedas emrlldas por la ceca de SatIJ.
Monedas acunadas en la ceca de Arse
•
Q
[page-n-33]
1.
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
1
-1.
LA CONSERVACiÓN DEL PATRIMONIO
ARQUEOLÓGICO
1-2.
EL MÉTODO ARQUEOLÓGICO
1-3.
EL SERVICIO DE INVESTIGACiÓN
PREHISTÓRICA
1-4.
LAS EXCAVACIONES DEL SERVICIO
DE INVESTIGACiÓN PREHISTÓRICA
[page-n-2]
1
MUSEU DE PREHISTORIA
DIPUTA CIÓ DE VALÉNCIA
UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LA CONSERVACiÓN
DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
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"10 e'''p ela por s. co nOOl11 e l'~o P ¡UiI
I!llo e~ rle Ce SiI'IO el l'l'.en: ar o de 10ClOS
los,,¡¡cml e'lIos arq lJl!ologl cos va en(A¡
r'OS
El patrimon io cu ltural esta con stitui do por todas aque ll as
man ifestaciones propias de una soc iedad que reflejan su persona lidad co lectiva y su de sarrollo histórico, De él form an
pa rt e los yac imientos arqueo log lcos que constituyen un legado
de gran Importancia. en especi al de aq uell as sociedade s que
no nos dejaro n documentos escntos. pues a (raves de la cultura material y los restos de sus lugares de habltaclon podemos
conocer las características del med io ambiente. los compo rtamientos soci o-económ iCOS y los cond iCionam ientos Ideolog icos
de nu est ros antep asados.
El patri monio arqueo log lco val enCi ano debe ser preservado
y proteg ido de quienes, con afa n de lucro o de un coleccl onlsmo mal Interpretado. saquea n indiSCrimin ada mente nu est ros
yaci mi entos, As imismo. las grandes obras pub licas, Inherentes
al crecimi ento urbano y las grande s tran sf orma Ci ones agrar ias
deben ser compat ibles con el respeto a los vest igio s arqueologlc os.
O e le r mln aClO ~ elemen10s,¡rqUI!e..;IOfI.COS
oe un y¡¡cm lll!'ltO oeb-l!!1 ser trat¡¡(lOS J)Or
I!spl!I'a IOos sl!ran l : a~ l aoadOs 011
rn useo qw' ve l¡¡r¡¡ por su S!! Qw loa o
".. O" ',,,lIil l "l'oi! '0tención del luego por IriCción de dos
maderas de dil8fente dureza. El calenta·
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[page-n-11]
8
MUSEU DE PREHISTORIA
DIPUTA CIÓ DE VALENCIA
UN SEGLE D'ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LOS USOS DEL FUEGO
Lámpara de piedra caliza con cazoleta
cóncava y mango.
El fuego marca un gran avance en el desarrollo de la humanidad. No sólo permite un hábitat más confortable sino que
posibilita la aparición de una larga serie de mejoras técnicas.
Proporciona con su calor una mayor comodidad al espacio
habitado y facilita la defensa del grupo frente a alimañas nocturnas.
La iluminación mediante la utilización de lámparas de piedra, en las que arde una mecha sujeta a grasa animal, o de
antorchas de madera resinosa, permite una mayor movilidad al
hombre, condición previa a la exploración de las cuevas y a la
ejecución de las primeras obras de arte parietal.
Punta soIutrense.
Cueva del ParpalJó. de Gandia.
Calenlamienlo de un nOcleo de sile~ para la posterior elaboraClÓfl de utiles.
Bastón perforado sobre hueso.
Cueva del Volean del Faro, de CUllera.
Bastón perforado utilizado para enderezar al fuego las azagayas.
La cocción de alimentos, junto al papel desempeñada
como fuente de calor y de luz, se encuentra entre las primeras
ventajas de la utilización del fuego, práctica asimilada rápida·
mente por los hombres del Paleolitico tras observar que la car·
ne calcinada era más sabrosa que cruda. La dispersión de
huesos y conchas en torno a los hogares es prueba de esta
actividad, aunque la preparación de alimentos apenas deja
huellas erl el registro arqueológico. No obstante, se puede suponer que algunos alimAntos como los moluscos y vegetales
se consumían crudos y que la cocción de otros se realizaba en
las brasas, o directamente sobre el fuego en el caso de carnes
y mediante el calentamiento de piedras en el caso de los Ií·
quidos.
El uso del fuego se aplica también en la obtención del
ocre, calentando a 2500 la limonita amarilla, que con este tra·
tamiento se vuelve roja. El ocre es un colorante utilizado
frecuentemente desde el Paleolítico Inferior en las paredes,
pieles, objetos de adorno, diferentes útiles y como pintura cor·
poral.
La talla de las piedras es otra de las diferentes actividades
técnicas que se realizan en torno al hogar y con la ayuda del
fuego. El calentamiento de la materia prima, sílex, permite una
mejor fractura de los bloques, la adecuada manipulación de los
núcleos y la obtención de retoques más delicados. Los útiles
ganan en elasticidad y brillo, como en el caso de las bellas
puntas solutrenses.
La madera y el hueso se calientan al fuego para hacerlos
más maleables a la hora de fabricar armas y útiles. Las azaga·
vas y varillas de asta pueden enderezarse, después de ser
sometidas al fuego, con la ayuda de bastones perforados.
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9
MUSEU DE PREHISTORIA
DIPUTACIÓ DE VAL ÉNCIA
UN SEGLE D'ARQUEOLOGIA VALENCIANA
ARTE PALEOLíTICO
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",!¡(://
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I
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Cova Fosca. de la Val! d'Ebo. Pnmer san·
tuario parietal localizado en nuestras
tierras que confirma la existenci a de vinculas entre la región mediterránea y las
restant" áreas de Europa OCCidental. La
ausencia de restos parietales vaiencianos
anteriores a este descubrimiento podría
deberse lan sólo a condicionamientos
geológicos del paisaje valenciano
/
I
I(
A finales del Paleolítico Medio algunas líneas o trazos grabados sobre huesos muestran un estadio prefigurativo del arte.
Pero es durante el Paleolítico Superior, en torno al 30.000
antes del presente, cuando las primeras manifestaciones artísticas nos sitúan ante el testimonio de la gran capacidad de
abstracción del hombre prehistórico.
Los grandes conjuntos de arte rupestre deben entenderse
como santuarios donde la iconografía utilizada, con una ordenación preconcebida de las especies y signos, nos remite a la
complejidad del pensamiento prehistórico.
El hombre primitivo representaba las figuras o símbolos
mediante el dibujo silueteado de las formas, el cual podría
estar caracterizado o rellenado interiormente. Estas representaciones se conseg uían mediante dos técnicas diferentes: la
pintura y el grabado, Para la primera de ellas se empleaban
colorantes naturales tales como ocre, óxido de manganeso,
hierro y sangre, que eran triturados y mezclados con aglutinantes como leche, claras de huevos o grasas animales, aplicándose con «pinceles » de plumas, mechones de pelo o fibras
vegetales. Para el grabado se utilizaban lascas y buriles de
sílex.
En el arte prehistórico valenciano podemos distinguir entre
el arte parietal, conservado en las paredes de las cuevas, y el
arte mueble que aparece sobre diferentes objetos de la cultura
material de la época: azagayas, alisadores, huesos y placas
de piedra.
Dentro del arte mueble, la Cava del Parpalló de Gandía
constituye un punto de referencia fundamenta l. En ella han
aparecido cerca de cinco mil plaquetas gr~badas y pintadas,
un centenar de huesos decorados, además de una industria litica completa y bien estudiada del Paleolítico Superior. En
estas plaquetas los animales son los motivos más frecuentes.
Algunos detalles, como el pelaje, la cabeza, las orejas, la cornamenta, permiten la identificación de diferentes especies: bóvidos, cérvidos, équidos y cápridos. Junto a estos temas naturalistas aparecen signos abstractos: puntuaciones, reticu lados,
rectangulos y serpentiformes, interpretados como símbolos
mágicos o sexuales, o incluso abstracciones de los temas zoomorfos.
Otros conjuntos valencianos de arte mueble proceden de la
Cova de les Mallaetes de Barx, la Cava Matutano de Vilafamés, la Cova del Barranc de l'lnfern de Fleix, el Tossal de la
Roca de la Vall d'Alcala y la Cava de les Cendres de Teu lada,
Tr~
1
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2
CAva del Parpal!ó. de Gandia.
Los hallazgos de arte moebIe en "te yac;¡..
miento permiten una datad6!1 absoluta al
encontr81$8 en niYeIes arqoeol6gicos bien
datados. Asimismo, !W importante cantidad
posi)ilila establece!' la evoI>..d6n estiIlstica
desde el Grtwetiense hasta el MaQd81eo1eoM.
Tr~
repetí!.
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AIUar de enl erramlento compuesto por ce ramlc a Campaniforme y 1 elementos a ella aso·
05
Ciados puntas de Palmela, punales de lengueta y punzones de cobre. botones de hueso
con perloraClon en,·v " brazaletes de arquero de pIedra puntas de Ilech.. y noJas de Slle...
elementos de adorno como cuentas de colia', conch as perforadas y aretes melal,cos
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La Munlanya Assolada ( AI~lIa l Enterra ·
Ill,enlo en el,nteno, del poblado en ulla
peqlJella losa y Sin all'll1
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DIPUTACIÓ DE VALENCIA
UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LOS PRIMEROS POBLADOS,
DEL ENEOLíTICO A LA EDAD DEL BRONCE
Con el desarrollo de la agricu ltura y la ganadería se generaliza la vida sedentaria. Las comunidades cam pesinas levantarán sus poblados en las inmediaciones de las tierras de
labor, mientras que la ocu pación de las cuevas perdera importancia. reduciéndose a una frecuentación ocasional, a refugio
de pastores y ganados y. sobre todo, a lugar de enterramien tos desde los momentos finales del Neolítico.
Se conoce muy poco de los poblados más antiguos, como
la Casa de Lara. de Villena, dadas las dificultades que entraña
su localización en las tierras bajas, tradicionalmente objeto de
profundas transformaciones. Desde finales del Neolítico, las
cabañas se construyen con barro y ramaje: su fragilidad hace
que de ellas sólo queden unos hoyos excavados en el suelo, o
en sus prox imidades algunos agujeros. como silos, destin ados
a guardar el fruto de las cosechas. como en Les Jovades. de
Cocentaina. y será también, a partir de estos momentos. en
los inicios del tercer mil enio antes de Cristo. cuando aparecerán las primeras construcciones con zócalo de piedra y planta
rectangular que vemos en el pOblado de la Erela del Pedrega l,
de Navarrés.
M~a
Alta de 5efelles. AIOO! ExcavacIOnes realizadas el año 1927
En la segunda mitad del tercer milenio antes de Cristo, las
construcciones de piedra se generalizan y los poblados ofrecen recintos amurallados tanto en el caso de los que se asientan en tierras bajas, la Ereta del Pedregal, como en aquellos
otros de lugares elevados, caso del Puntal sobre la Rambla
Castellarda, de U iria. y de Les Moreres. de Crevillent.
Diversas constrUCCiones de habitaclon y aterrazamlento en poblados de la Edad del Bron·
ce Muntanya Asso lada (AI Zlral
....
'
__ o
Esta ubicación en lugares elevados será general en los poblados de la Edad del Bronce del segundo milenio. Aterrazamientas, gruesas murallas, adecuación a la topografia de las
cum bres, permiten hablar de un prim er urbanismo que, por lo
general, distribuye los departamentos a ambos lados de una
calle. Los muros de piedra y barro son enlucidos con esmero y
soportan las vigas sobre las que ramas y barro forman el techo. En el interior de estas habitaciones se disponen hornos,
hogares, telares, soportes y bancos vasa res.
Los poblados argancos como el Cabezo
Resentan un mayor tamaño y complelldad
urba nisllca. Cabezo Ae
'.
-~-_.
-,_ _
.......
o
Fosas y SIlos excavados en el suelo de Les Jovades (Cocentama¡ Poblado eneolollco del
111 milenIO a C
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DIPUTAC¡Ó DE VALENCIA
UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LA EXPLOTACiÓN DEL TERRITORIO
Y LA ALIMENTACiÓN
ReconstrVOClÓfl de una habllaClOn en la
que se Ilustran dIversas áreas de actlVl·
dad · almacenaje. moll8flda de cere ales V
horno domestico
La agricu ltura y la ganadería determinan el quehacer diario
y el ritmo anual de la actividad de los poblados de la Edad del
Bron ce que ahora se encuentran dispersos y en gran número
por toda nuestra geograf ía. Todo indica que es una época de
notab le creci miento demográfico en la que se roturarán y pondrán en cultivo nuevos y extensos territorios.
El cu ltivo excl usivo de los cereales, trigo y cebada, se diversifica con la in troducción de las leguminosas. Las hoces
con mangos de madera y dientes de sílex. los molinos de
mano. las hachas y azuela s de piedra pu lida, hablan de aquellas tareas de roturaci ón, preparación y cuidado de los cam pos. reco lecci ón de las cosechas, almacenamiento y preparación de los alimentos para su consumo. Es probable que
durante la Edad del Bronce se utilice ya un primitivo arado de
reja vertical tirado por bueyes. y también hay constancia del
aprovech am iento de frutos si lvestres, como las aceitunas o las
be llotas. cuyos restos carbon izados se conocen en muchos
casos.
Los princi pales animales domésticos son las cabras y las
ovejas, a las que se suman cerdos, perros y vacas. De ellos,
seg ún los casos, se aprovecha la carne, la leche, la piel y tal
vez la fuerza del buey para carga y tiro. La caza del ciervo
ocupa un lugar destacado en muchos poblados, no sólo como
actividad capaz de co ntribu ir al suministro de carne, pieles o
astas. sino tambié n como protección necesaria de los campos
cultivados frente a los herbívoros silvestres.
(]J
(TI
Las grandes estructuras de habitación excavadas en los últimos años ilustran muchas de estas actividades cotidianas y
sugieren que existió una distribución de las mismas en el interior del poblado y en el de las casas. Zonas de almacén con
grandes tinajas para contener el cereal, espacios dedicados a
la molienda de cereales con las piezas de molino bien calzadas en el suelo o· sobre plintos de barro, hogares y hornos que
concentran los hallazgos de ollas y cazuelas empleadas para
la preparación de la comida, o grandes piezas de barro utilizadas como pesos de telar, son ejemplo de ello.
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O [l-HJ
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C&feales V dIentes de hoz de sllex está n presentes en numerosos poblados va lenCI anos
Hoz de Mas de Menenle (AIeoI)
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El a jua r domestICO en los poblaoos de la Edad del Bronce esta compuesto lundamental·
mente por recIPIen teS cerámICOS orza s. ollas. cazuelas. cuencos. queseras V vasos geml·
""do""
!
Liorna de BeI~ 1 (Palemal
g
[page-n-25]
V.
CULTURA IBÉRICA
V-20.
RELACIONES CON EL MUNDO
MEDITERRÁNEO
V-21.
UNA SOCIEDAD JERARQUIZADA
V-22.
CIUDADES, ALDEAS Y FORTINES
V-23.
LA VIDA DOMÉSTICA
V-24.
TRABAJOS DEL CAMPO y OFICIOS
V-25.
EL MUNDO RELIGIOSO
V-26.
LA PRIMERA ESCRITURA Y LA NUMISMÁTICA
[page-n-26]
20
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DIPUTA CIÓ DE VALÉNCIA
UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
RELACIONES CON EL MUNDO MEDITERRÁNEO
La pen ínsula Ibérica atrajo siempre a comercia ntes y colonos del Mediterráneo occidental en busca de metales y, en
menor medida, productos agricolas y otras materias primas. La
instalación. a partir del siglo VII I a. C. de las factarias fenicias
de Cádiz, Málaga. o Almuñécar en la costa andaluza y. en torno al 600 a. C., de las colonias griegas de Ampurias y Rosas
en la costa catalana, fue un factor determinante en el proceso
de aculturación del substrato ind igena peninsular que, poco a
poco, va asimil ando las influencias y aportes externos hasta
dar lugar. en el siglo VI a. C. a la denominada Cultura Ibérica.
A estos pueblos mediterráneos se debe el conocimiento del
torno de alfarero, la escritura. el trabajo del hierro, un urbanismo com plejo y el empleo del adobe, el cultivo de la vid y del
olivo. nuevas creencias religiosas así como el gusto por la escultura y otras manifestaciones artísticas.
En tierras valencianas los primeros contactos comerciales,
ánforas y tinajas de origen fenicio, se documentan desde
fechas muy tempranas, a finales de los siglos VII I y VI I a. C..
en los yacimi entos de Los Saladares de Orihuela. Penya Negra de Crevillent, Los Vi lla res de Caudete de las Fuentes o en
Vinarragell de Burriana.
Cargamento de antoras de una nave mercante romana
,
Metropoli. y colon!.. fenlclal.
Metrópoli. y colonilll grleglll.
Mapa del Medltenaneo oor3nTe los siglos VIII al VI a C
La presenci a en nuestro litora l durante toda la etapa ibérica
de ánforas fen icias. griegas, etruscas, púnicas e itá licas revelan la importancia del comercio de productos envasados, como
el vino y el aceite, con todo el mundo mediterráneo. Los iberos
practicaban un comercio de intercambio entre sus materias primas, en especial metales. y productos manufacturados como
tejidos, armamento y salazones a cambio de productos exóticos como las vajillas de lujo áticas y helenísticas : objetos de
adorno y aseo personal como los collares púnicos de pasta vítrea : perfumes y aceites envasados en ungüentarios.
Tras la conquista romana en el año 218 a. C. hasta el cambio de era, el area ibérica quedó bajo la influencia romana
viéndose ésta reflejada en los gustos itálicos, como es la vajilla
de mesa denominada campan iense. as í como en las costumbres, epigrafía latina, urbanismo e instituciones.
Krllltt"l de 11 P oot. d'Orieyt. Va/1 dlJixo.
1
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Cabeza de pasta vltrea punTea
Coval1a. en Albaldll
5'910 111 11 C
Kylix ático de liQurlls rojas
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[page-n-27]
21
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DIPUTACIÓ DE VALÉNCIA
UN SEGLE D'ARQUEOLOGIA VALENCIANA
UNA SOCIEDAD JERARQUIZADA
Los autores clásicos describen a los iberos como los pueblos que habitan la costa mediterránea peninsular, desde Andalucía hasta el sur de Francia, durante los siglos VI al I a. C.
Su forma de gobierno es la monarquía donde el rey, o regulus,
rodeado de su séquito de consejeros, guerreros y sacerdotes,
reina sobre pequeños territorios o estados locales. El nombre
de alguno de estos personajes, así como el área que gobernaban. ha llegado hasta nosotros: Culchas, rey de Carmona (Sevilla), llegó a dominar más de 24 ciudades : en la Edetania, el
rey Edecón, en torno al año 220 a. C., gobierna desde la
ciudad de Edeta/U iria un amplio territorio defendido por fortines. sin que se conozca el nombre de ninguna de las aldeas o
pueblos sometidos a su autoridad.
Se conocen también, a través de las fuentes clasicas, algu nos aspectos de la vida de los iberos. Se les cita como mercenarios en los ejércitos extranjeros, se alaban sus dotes bélicas
y su tactica de lucha, armados con escudos, falcatas y jabalinas practicando a menudo el pillaje.
La figura del guerrero es la mas representada en la pintura
y estatuaria siendo símbolo de prestigio la posesión de un caballo, como lo demuestra la presencia de bocados y atalajes
de este animal formando parte del ajuar funerario del guerrero
difunto.
Jinete de bronce armado con lalcata.
cae/rB y casco de gran penacho. Bastida
de les AJcuse s de Moixenl. Siglo IV a C
Detalle de guerrero con armadura me tal l'
ca eqUipado con sollferreum y escudo
alargado o sculum Toss.1 de Sanl MI'
quel de Lliros Siglos IU·U a C
En cuanto a las mujeres, no ejercen un poder polítiCO o militar, aunque numerosas esculturas, como las damas de Elx y
de Guardamar, señalan su importancia social en el campo rel igioso y en la transmisión del linaje y el poder. Así, las ricas
tumbas femeninas guardan ajuares de dama de alto status social pertenecientes, sin duda, a familias pudientes de propietarios o comerciantes.
En las grandes poblaciones se concentraban, ademas de
las clases dominantes y notables, los comerciantes, artesanos
y mercaderes, mientras que la población rural se componía basicamente de campesinos y pastores. No faltaban, entre las
clases inferiores, los prisioneros de guerra. esclavos y siervos.
Indumentaria de guerrero: 1. Casco de bronce. 2. Cae/ra. 3. Falcata. 4. Lanza. 5. Cinturon de cu ero y bfoche de bronce. 6. Túntea corta. 7. Sanda~as. 8. Clipeo pectOral sujeto
con correas 9. Grebas o espinilleras
Indumentaria de gran dama : 1. Enaguas 2. TuntCa ceñida a la cmtura 3. Velo lar90 que
cubre la cabeza 4. Manto su¡elo con llDula. S. Colla y diadema. 6. Collares y larques
7. Pendientes e I(Ilutas lalerales 8. Babuchas
[page-n-28]
22
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UN SEGLE D'ARQUEOLOGIA VALENCIANA
CIUDADES, ALDEAS Y FORTINES
Con la Cultura Ibérica cambia la configuración del hábitat
de las etapas precedentes y la estructuración del poblamiento.
Por primera vez en nuestras tierras se puede hablar de verda·
deras ciudades que controlan política y económicamente un
territorio en donde se asientan otros núcleos de población dependientes de aquéllas de carácter preferentemente agrícola
como las aldeas y caseríos. Este territorio aparece defendido
por fortines, dispuestos en puntos estratégicos, que aseguran
la vigilancia de las fronteras.
La mayoría de los poblados, ya estén situados en llano o
en al los cerros, se rodean de murallas provistas de torres de
vigilancia, bastiones y puertas bien defendidas. En otros
casos, la muralla, más que un elemento defensivo, es un simple lienzo que cierra el espacio habitado, al cual se adosan las
viviendas.
• CIUdad
o aldeas
• caseflO$
.. tortillas V atalavas
PoblamIento en torno a la CIudad de Edeta/lhna durante los soglos IV al 11 8.
El Puig de la Nau.
Ca51ellel de Bemabt, Llirill.
En su interior, el urbanismo se organiza en función de la
topografía y extensión del área a constru ir. Cuando el espacio
es amplio y con poca pendiente se edifican grandes viviendas
compartimentadas que dan acceso a anchas call es enripiadas
como en Los Villares de Caudete de las Fuentes, el Oral de
Sant Fulgenci o la Seña de Villar del Arzobispo. En los poblados, tipo Sant Miquel de Ll íria o la Serreta de Alcoi, situados
en las laderas de fuerte pendiente, se utiliza el sistema de aterrazamiento con estrechas callejuelas y viviendas adosadas,
dispuestas a lo largo de las curvas de nivel y escalonadas. En
los asentamientos más pequeños, caseríos y atalayas, el reducido espacio condiciona el trazado, siendo la solución más
frecuente el poblado de calle central con vivi endas de dos
plantas dispuestas a ambos lados de la calle. El medio físico
impone no sólo los criterios y módulos urbanísticos sino los
propios materiales de construcción como la piedra, madera y
barro que se obtienen a pie de obra.
e
en B&nicarló
I~
Puntal deIs Uops. en OIocau
¡
1
la Bastida de les Alcuses de Moillent
..
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23
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DIPUTA CIÓ DE VALENCIA
UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LA VIDA DOMÉSTICA
Las casas ibéricas se construyen de adobe sobre basa mento de piedra, enluciéndose todo ello con morteros de tierra
y acabados de cal a veces policromos. Los techos, de tenden ci a plana a modo de terraza, consistían en una gruesa ca pa
de tierra sostenida por un entrevigado de maderos y cañizo.
La presencia de escaleras de piedra en algunas fachadas de
las viviendas indica la utilización de una primera planta o terraza habitable. Las entradas están provistas de puertas de madera con cerradura para llaves de hierro, mientras que desconocemos el sistema de iluminación y ventilación, aunque sin
duda existían ventanas y ventanucos en las parede s de adobe.
La Sella, Vi~ del Arzobispo Reconstrucción del habitat
-
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jpl :if~
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La molienda ce cereales se re alizaba manualmente con molinos rOlall10S compuestos poi'
dos piezas Circulares La dlsposlCIOn de algunos de eSlos molinos sobre un alto basamenlO de pu~dra y rodeado de un canal con rebosadero IndICa que se ullhzaban tambren para
prensar ace"unas y aSI obtener acelle
lIayes lberlcas de hIerro y reconslruCClOll de una cerradura Puntal deis Uops de Olocau
Caslellel de Bernabe de Lto fla y el Xarpolar de Belglda
La vivienda es el espacio fam iliar en donde se realizan
múltiples actividades no sólo relacionadas con trabajos artesanales y preparación de alimentos, sino también con otros aspectos cotidianos de carácter lúdico, religioso o soci al. En los
grandes poblados, como la Bastida de les Atcuses de Moixenl
o Los Villa res de Caudete de las Fuentes, la casa, de una sola
planta, se compartimenta en varias habitaciones: la zona de
estar o espacio colectivo es la estancia mas amplia y ocupa un
lugar preferente. En él se disponen las areas destinadas a los
trabajos artesanales Icomo el tej ido, hil ado, cestería ; rincones
donde se instalan, a modo de despensa, las tinajas y antoras
de uso diario; bancos adosados a las paredes donde se coloca
la vajilla, ollas y otros enseres domésticos: finalmente, el hogar
puede situarse en el centro de la habitación o desplazado. El
resto de departamentos se destinan a lugares de reposo, almacenes o molienda de los cereales.
~ 11
~~~
Las mujeres lejían sobre l~a r" y8f1ica1es de madera de 105 que sólo se han conseQuel Ulna
"
I liT
I
Las lumbas pueden se, sImples hoyos excavados en trerra donde se coloca la uu;a. como
en el Crg arraleJO de MurCIa. lumul05 cuadrados de pIedra como los de la necropohs de
Cabez o Lucero. en Guardamar del SegUfa: pllares-eslela como el de MonlOf1e del CId. o
monumentos lurnlOfJT18S como el de Pozo Moro en Albacele. el de Horta MaJOr. en AlcOi. y
P,no Hermoso, en OJlhuela
La escultura también permite acercarse a la espiritual idad
ibérica. Animales fantasticos y mitológicos, como el grifo de
I' Alcu dia de Elx, las esfinges de Agost y de Elx, y las sirenas
del Corra l de Saus de Moixent, evocan idea s de ultratumba :
leones y toros aparecen formando parte de los monumentos
funerarios. En cuanto a las representaciones humanas. destacan las figuras de oferentes. divinidades y guerreros co. o la
m
Dama de Elx y la de Guardamar del Segura, y los conjuntos
funerarios escultóricos de Elx y del Corral de Saus.
El area de expansión de la escu ltura en piedra se reduce al
sur de la provincia de Valencia y de Alicante.
Damlta s que lormaban parte de un gran
monumenlo lunerarro SIglo IV a C Coual de Saus MOlxent
Los lugares de culto en el mundo ibérico son muy variados.
lo que indica la complejidad de su mundo religioso. Los gran des santuarios son lugares de peregrinación donde los fieles
depositan suS ofrendas. como el de la Serreta de Alco i conOCIdo por la gran cantidad de exvotos de terracota en él hallados.
Las cuevas santuario. donde se encuentran numerosos recIpientes para libaciones. gozan de gran tradición como lugares
sagrados. Finalmente. los templos de la IIleta deis Banyets de
Gampello, el de la Escudilla de Zucalna o el del Tossa l de
Sant Miquel de Ll íria son recintos sacros con altares. betdos y
numerosas ofrendas.
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26
MUSEU DE PREHISTORIA
DIPUTA CIÓ DE VALENCIA
UN SEGLE D' ARQUEOLOGIA VALENCIANA
LA PRIMERA ESCRITURA Y LA NUMISMÁTICA
La lengua Iber lca es premdoeuropea y se inscribe dentro
de la unidad li ngu istic a med lterranea. lo que Justif icar ía Ci erta s
sem ej anzas y un pare nte sco comun con el bereber, el sardo.
el etrusco o el va sco. esta ultima. la única lengua pen insu lar
pre lndoeuro pea
Los signos de la esc ritura Ibé ric a procede n del Medll erraneo or ient al, pe ro acop lad os a los valores fonét icos prop ios de
la leng ua Ibenca. resultando. por tanto. un alf abeto original. El
de sconOCi miento de la lengua Ibe ra Impide que se puedan tradUCir los textos. au nque ya se conocen relaciones de nombres
pro pios. marcas de alf areros. signos de propiedad y cuentas
ad ministrativas
Estos documentos aparecen. en tierras valenCianas. escri tos en tres alf abetos di st intos: el alfa beto meridional Que ocu pa
la pa rte orlent at de Andalucl a. las tierras de Alba cete. MurCia y
el te rritoriO valenCiano de la Contestanla : el alfabeto oriental.
Que se ex ti ende po r toda la costa est e pe ninsular. y el alfabeto
lonlco Que se limita a la comarca de Alc ol y pa rte de la costa
alic an tin a
La fu ente de mformaclon mas Importa nt e. la proporcionan
lo s plomos esc ri to s. debido a la gran cantidad de signos Que. a
vec es. aparecen en sus do s caras. En la actua li dad. se han
documenta do 38 plomo s entre los Que destaca n la s serie s
apareci das en yaci mien tos como La Serreta. en Al col: la Pun ta
de Orley l. en Va ll d'Ulxo : Los Villares. en Caudete de las
Fuent es: la Bastida de le s Alcuses. de MOlxe nt. o el PICO de
los AJ
OS. en Yatova
Otros textos Ibe rlcos apare cen tamblen en sopo rtes de piedra. cera mlca. bronc e y hueso Entre ell os destacan el Importante conjunto de InSCri pCiones sobre pied ra de Sagunt y la
Interesante colecclo n de letrero s IbériCOS sobre la cera mica del
Tossal de Sant MIQuel de Li ma.
V no del TO
$u l oe Sanl M !QVe1 con InSCflpCtOll otI."ca Gudu. ollsde.
"lomo de PICO de lo:. A,os Itscr.to por ¡¡moas ':'¡lr ól S. es ól Cl u¡¡,lnltnte e olomo m ól S exte r
so ;Ioearec do er tierr as v ale rcl lllr ca s
La uti li za ción de leyendas ibéri cas en la s monedas ha Sido
una de las cl aves Que ha perm itido la lectu ra de la lengua ibéric a. ya Que se identifican. desde el Si glo XVI. alguno s sig nos
relacionándo los co n los nombre s de la s Ciu dade s em is ora s de
monedas
Aunque la aparic ión de las prim eras moneda s en la pe nínsula Iberlca puede remon tarse a fmales del siglo V a. C.. en
tierra s valenci anas, los ta ll eres monetale s. como Arse (Sag unt)
y Sal!1 (Xatlva ). acuñan monedas de plata ant es de la 11 Guerra
p unica. acontecimi ento Que pro mu eve Que otros centros acuñen em iSiones de bronce. como suced e con la s cecas valenci anas de Kelm y Kili.
Estela de Slnarcas
1
f
Vaso del Tossal de Sanl M¡queI con IflScripciones ibéricas
Monedas emrlldas por la ceca de SatIJ.
Monedas acunadas en la ceca de Arse
•
Q
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